Finales

En 'Los orígenes del totalitarismo', Hannah Arendt sembró una semilla optimista en una frase que, descontextualizada, podría formar parte de la colección de Mr. Wonderful: «Todo final en la historia del mundo contiene necesariamente un nuevo comienzo». Volver a empezar está sobrevalorado y, en un sistema que lanza a sus ciudadanos el mensaje de que fracasar forma parte del camino hacia el éxito al tiempo que cercena sus posibilidades de remontada ante un eventual patinazo, resulta hasta peligroso. Musk falla porque se lo puede permitir, a diferencia de la gimnasta que pierde el equilibrio en la final de las Olimpiadas, del estudiante que multiplica 1x0=1 en la última operación de un examen de matracas o de la opositora que, tras superar tres pruebas medio imposibles, suspende el cuarto examen. Cuando recomenzar implica una cuenta atrás –de años, de salud o de ceros en la cuenta– la angustia se abre paso. Mientras, Sísifo no se revuelve en su tumba porque al pobre no le dejan.