Que las cabezas no están buenas ya lo sabíamos. Que se pierden por cualquier cosa (por ambición, por dinero, por amor o por una intoxicación alimentaria, que a veces no hay mucha diferencia entre una salmonella y un enamoramiento), también. Lo que no sabíamos es ... que se pueden perder por pintarte mal la raya del ojo, como le ha pasado a Miguel Bosé: el cantante afirma que hay un plan de dominación mundial a base de tecnología 5G y nanobots introducidos en las vacunas contra el coronavirus. Es pensar en nanobots sueltos por el cuerpo y acordarme de 'El chip prodigioso'. Pues mira lo que te digo, Miguel, que mientras yo permanezca sana y salva y pueda tener cobertura hasta en Orejilla del Sordete, soy capaz de aguantar a Dennis Quaid corriendo por mis venas. Eso sí: pobre de él cuando llegue a mi tejido adiposo. No sabe lo que le espera.

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Bosé se creyó un pionero cuando se puso falda, y ahora se ha creído un visionario al advertirnos sobre los peligros de la dominación mundial. La pena es que su advertencia ha llegado tarde: entre la tontuna, los bulos y el neopuritanismo, ya estamos dominados. Todos, hasta los más listos. Hasta HBO, que nos mete lo que quiere por los ojos pero le preocupa que no se contextualice adecuadamente 'Lo que el viento se llevó'. Hasta Marta Kauffman, la creadora de 'Friends', que se ha excusado por la falta de diversidad racial de la serie. Acabáramos. Mira tú por dónde, ahora voy a tener que pedir perdón por no haber tenido nunca un amigo negro; lo único que puedo alegar en mi defensa es que no conocía a ninguno. Menos mal que, entre tanto sin fuste, vuelve la forma de dominación más antigua que padecemos: el fútbol. Esta, al menos, ya la conocemos.

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