Diferentes sin temor

Decía el filósofo Odo Marquard que «ser iguales no es otra cosa que poder ser diferentes sin temor». En este sentido, existen muchas maneras de ser uno mismo. Muchísimas. En concreto, más de ocho mil millones: tantas como seres humanos habitan el mundo. Meter a ... todas las personas que conforman un colectivo, de manera sistemática, en el mismo saco, es el modo más eficaz de negarles una de tantas cosas a las que todos tenemos derecho: la capacidad de expresar sus opiniones en libertad y también de asumir, como cualquier otro ciudadano, plena responsabilidad sobre sus palabras. Este planteamiento opera en una doble dirección: tan racista es silenciar el discurso de Ignacio Garriga —diputado de VOX por Barcelona— por su color de piel como exaltar su contenido escudándose en que quien lo pronuncia es negro. Respetar su individualidad y, por tanto, igualarlo al resto de representantes públicos que ayer hablaron en la cámara, pasa por criticar el racismo que destilan, por ejemplo, sus ideas en materia de inmigración o sus insinuaciones maliciosas contra los chinos.