La Alianza en el siglo XXI
La Cumbre de Madrid pone sobre la mesa una organización más fuerte, con más recursos y con los compromisos de sus miembros asumidos
José María Peredo
Martes, 28 de junio 2022, 00:08
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José María Peredo
Martes, 28 de junio 2022, 00:08
La OTAN se crea en 1949 como una alianza de defensa frente a la amenaza soviética. Se enmarca históricamente en la denominada doctrina de la contención puesta en marcha por el presidente Truman, una vez que el informe enviado desde Moscú por el diplomático George ... Kenan confirmara que las acciones y actitudes de los comunistas rusos en Europa tenían la intención de prolongarse y expandirse también por la península atlántica. Fue concebida como una alianza estratégica de defensa, esencialmente disuasiva y, por tanto, no hostil con el orden posterior a la segunda Guerra Mundial. Aunque con una voluntad política manifiesta de incorporar a los países occidentales, vencedores y derrotados, en un proceso común de reconstrucción democrático. La Alianza nacía por consiguiente como una suma de objetivos militares y políticos, inspirados por los principios y valores de las sociedades libres y democráticas, pero focalizados en los intereses estratégicos de Estados Unidos, ligados desde 1945 a los de Europa Occidental.
Después de la Caída del Muro, la Alianza se reconfiguró, a partir del denominado Nuevo Concepto Estratégico en 1991, como una organización de seguridad con una orientación más amplia, sin un objetivo focalizado en ningún enemigo concreto desde aquel final del comunismo, instigador de distintos conflictos, desórdenes y represiones en Europa y otras regiones. Motivo por el cual la OTAN mantuvo en aquel momento su razón de ser estratégica y política para ayudar a consolidar el triunfo del bloque occidental y sus valores, y favorecer las transiciones democráticas en la Europa del Este, cuyos pueblos manifestaban masiva y desenfrenadamente su deseo de huir de la esfera dictatorial soviética. Tal y como habían intentado los manifestantes de Tiananmen en 1989, aunque en aquel caso sus reclamaciones de libertades y derechos fueran sometidas al escrutinio de las balas y los tanques del régimen comunista chino.
Desde aquel momento, la organización se ha ido ampliando con la progresiva incorporación de nuevos países democráticos y ha ido tejiendo una red de acuerdos de cooperación con terceros para colaborar activamente en la seguridad global. En siete décadas ha intervenido militarmente en operaciones concretas, a pesar de estar preparada para responder con eficacia en múltiples situaciones. Entre otras, la guerra de la antigua Yugoslavia o la lucha contra el terrorismo internacional y en el conflicto de Afganistán. Su rol para ejercer como pivote de la seguridad común euroatlántica, y su esfuerzo por modernizar y actualizar las capacidades de los ejércitos aliados, ha contribuido de manera eficiente al progreso de las sociedades de los países aliados y del entorno global.
La Cumbre de Madrid pone el siglo XXI sobre la mesa de la OTAN. Una organización más fuerte, con más recursos y con los compromisos de sus miembros asumidos. Con un objetivo claro de fortalecer el flanco Sur y el Mediterráneo para extender la seguridad al Norte de África y el Sahel. Y progresivamente a la totalidad del Atlántico, con un protagonismo creciente de la Península Ibérica, con España y Portugal a la cabeza. Una organización con una visión distinta y abierta que incluya el Pacífico y China, también, como puntos estratégicos de referencia.
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