Las diez noticias imprescindibles de Burgos este miércoles 22 de enero

Desde el 11-S vivimos como israelíes (los españoles ya estábamos así con ETA). Cualquier día podemos saltar por los aires. Desde la vuelta del Guernica sabemos que en España se vive mejor. Las gafas de culo de vaso en cristal blindado que le pusieron ... cuando volvió hace 40 años ya no existen. Ni siquiera el cristal más ligero que al principio se le puso en el Reina Sofía. Y claro que puede venir un chiflado y atacar el cuadro, pero eso forma parte de los peligros asumidos. No hemos dejado de hacer cosas por la pandemia (salvo que te haya tocado la parte dura), pero ya se ve la vuelta, si no a la casilla de salida, a alguna que no sea el Pozo en el tablero de la Oca en el que hemos estado desde 2020.

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Ahí está la Feria del Libro de Madrid. En septiembre, vale, pero está. O la estación de Atocha llena de gente el pasado viernes por la tarde. Y las bodas. Las bodas. No sólo viendo el '¡Hola!' se ve que han vuelto. También porque sabes de alguien que se casa y hace un gran festejo que no pudo hacer antes o porque en los trenes la gente viaja con porta trajes en fin de semana. O porque un grupo de chicas jóvenes va de despedida de soltera (una vestida de novia minifaldera y tan feliz como las otras). No me tocaron en el vagón así que no sé si se hicieron notar, pero al bajar del tren, sí. Llevaban un pequeño megáfono y en la estación de llegada se oía un alegre «oé, oé, oé, oé» que en otro momento quizá habría despreciado. Pero no se desprecia la alegría.

Son cosas pequeñas y la vez tan grandes que una se alegra de estar viva, de hacer planes, de que los planes no salgan, de los libros que quieres leer, de las series o películas que quieres ver. Vivimos mejor que los israelíes.

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