Las diez noticias imprescindibles de Burgos este martes 21 de enero

Ríete del lío montado por María Schneider sobre la escena de violación de 'El último tango en París'. Sobre la mantequilla. Recordó en 2007 el sentimiento de humillación sexual. «Aunque lo que estuviese haciendo Marlon no fuera real, estaba llorando lágrimas reales. Me sentí humillada ... y, para ser sincera, un poco violada, tanto por Marlon como por Bertolucci». La columna del domingo de Isabel Coixet en 'XL Semanal' iba sobre el documental 'Phoenix rising' (HBO), donde la actriz Evan Rachel Wood cuenta los abusos que sufrió de Marilyn Manson. Contaba lo del rodaje del videoclip donde se suponía que entre los dos habría sexo fingido. Pero él la viola. Y ella: «La niña que había crecido entre cámaras sólo sabía parar cuando un director dice 'cut'; nadie me había enseñado a defenderme, sólo a obedecer».

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Cuando veo el documental pienso cosas que no debería. La primera, qué demonios te impulsa a salir con un tipo que ya parece repulsivo. Y, sorpresa, resulta que lo es. No es un desconocido que te secuestra en la calle y te viola. No es alguien que entra en tu casa por la ventana. Lo de la seducción no me sirve. Lo de hacerte creer única y querida. Algo parecido a lo de Vanessa Springora en 'El consentimiento' con Gabriel Matzneff, de 50, cuando ella tenía 14.

Hasta la serie 'Ley y orden: Unidad de Víctimas Especiales' acaba de tratar el asunto en las carnes de Mariska Hargitay al aparecer Aidan Quinn, con el que tuvo una relación a los 16 años arrobada por el escritor mayor. Se vuelve a liar con él y cuando es acusado de depredador por otras mujeres, ella se da cuenta de que su consentimiento a los 16 años no era tal. La libre elección es a veces una falacia. Ser desconfiada, no.

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