Científicas

Sin embargo, las cosas están cambiando. Gracias a la actual visibilidad de otros modelos femeninos, al reconocimiento público que poco a poco se les va otorgando a las mujeres que han contribuído al desarrollo científico en igual medida que sus compañeros, y a las referentes que van llegando, aunque con cuentagotas, a los medios de comunicación, a los hogares, a los colegios y a los institutos, cada vez más niñas se imaginan a sí mismas trabajando en laboratorios, universidades o reservas naturales. Háganme caso: a pesar de dedicarme a este oficio de juntaletras, algo sé sobre física, y una de las estrategias más sencillas para evitar que una estructura colapse es diseñarla de tal forma que los esfuerzos se distribuyan de manera equitativa. En el caso de la ciencia, si se me permite, añadiré que la norma sólo es válida si se reparte también el mérito.