Después de que se afirmase, desde la agrupación murciana de Cs, que la implantación de un pin parental era una línea roja; los naranjas han firmado un acuerdo con VOX y PP en el que se incluye la medida. Me escandaliza pensar que, a partir ... de ahora, los padres podrán controlar los contenidos y actividades que los profesores y centros quieran impartir en materia, por ejemplo, de educación sexual. Este asunto nos enfrenta directamente con una de esas pocas cosas que deberían constituir una frontera en un país libre: la censura educativa. Los padres no tienen derecho a decidir la información que les ocultan a sus hijos, y el estado tiene el deber y la potestad de proteger a los menores de las gilipolleces y las taras de sus progenitores. Todos los niños tienen derecho a ser educados en igualdad, y a que en la escuela se les enseñen aquellas cosas que, de uno u otro modo, acabarán por afectar a su vida; sean éstas o no un tabú familiar.

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La familia, esa red humana que no podemos elegir pero que tanto nos influye, a veces es una institución opresora; y puede volverse una cárcel si no implementamos mecanismos que limiten el poder absoluto de los padres. Todos tenemos derecho a que ningún idiota nos condicione la existencia, y uno de los pocos instrumentos que puede ayudar en esto es la pluralidad de los centros educativos. Como esta deriva totalitaria siga su curso, sí que va a hacer falta instaurar un pin. En concreto, uno antiparental, para que ningún progenitor pueda decidir la ideología de su hijo, para que a ningún chaval se le prive de una educación diversa que le ayude a desarrollar su pensamiento crítico, para que ningún profesor se vea coaccionado y para que los chicos puedan encontrar modelos adultos distintos a los de casa, a quienes no están obligados a parecerse por muchos lazos de sangre que los vinculen.

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