Expresión en boga (aunque el único boga que me interesa es el bogavante), «grupo burbuja». Cuando era pequeña estaba Travolta, el niño burbuja. Ahora hay burbujas familiares para cenar. La burbuja Martínez de toda la vida. Hace poco se hablaba mucho del filtro burbuja, aislamiento ... intelectual al que nos llevan los algoritmos. Hay gente que no va a ser aislada intelectualmente en la vida. Aislada, puede, intelectualmente, lo dudo.

Publicidad

Como con Ana Iris, ahora hay gente, otra burbuja, que se molesta por criticar la lotería. Vamos a ver, que el Estado fomenta el pensamiento mágico con la venta de lotería sin que se le caiga la cara de vergüenza es algo de cajón. Claro que (me voy a copiar a mí misma en un artículo de 2013) «el Estado laico embauca como en una venta piramidal y se comporta como un Estado anterior a la Ilustración. Sustituye a Dios por la ilusión». A Voltaire le tocó la lotería porque vio un fallo en 1728. Se dio cuenta de que el primer premio de la lotería nacional superaba la suma del precio de todos los boletos combinados. Formó una peña y compró todos los boletos. Claro que esa parecía una lotería hecha por tontos, no como la nuestra. A lo que iba, estoy fascinada con la contestación a artículos sin más importancia escritos contra la lotería. Columnas escritas por amigos míos.

Escribir contra la lotería es como escribir contra Dios. Viejuno. Quejarse de que has escrito contra Dios un sindiós. Se puede no creer en Dios y acudir gustoso a los oficios de Jueves Santo. Se puede admitir la engañifa de la lotería y tener décimos. Podemos ser culturalmente católicos y culturalmente aficionados a la lotería. Qué manía de tomarse la vida, la lotería o Dios tan en serio.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad