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Martín Olmos
África llora al ángel de los elefantes

África llora al ángel de los elefantes

«Descubrir a Rory Young [el conservacionista irlandés asesinado en Burkina Faso] es descubrir a un personaje de una humanidad y de una filosofía de vida realmente enraizada al que no podemos tratar livianamente»

carlos burgos

Jueves, 10 de junio 2021, 08:45

Anochece en Burkina Faso. La tierra dura del Sahel africano. Un cielo precioso, inmenso, todas las estrellas del universo juntas a la vez son testigos de la charla en una fogata africana.

Puedo imaginar un último fuego de campamento. Entorno a las llamas dos reporteros ... españoles, curtidos en mil conflictos, el navarro David Beriáin, y el vallisoletano por padres, salmantino por devoción nacido en Baracaldo, Roberto Fraile, y a su lado el irlandés, Rory Young. Tres personas genuinas, pioneras, curtidas, que podrían contarse mil historias de película, pero se pegan por escucharse. «¿Rory, entonces es cierto lo de que te cayó un rayo que casi te parte?», «Sí Roberto, tan cierto como la granada que explotó a tu vera en Siria y casi te mata». Las comillas las pone nuestra imaginación del diálogo.

Son sólo tres, pero son tribu. La de los hombres que dejarían este mundo con las botas puestas por parar las injusticias, las muertes, por salvar a un Elefante o a toda la madre tierra. Un micrófono, una cámara o un fusil, cada uno conocía sus armas.

El martes 27 de abril se revolucionan las noticias, llegan tambores de guerra a los telediarios de todo el mundo. Han sido asesinados los dos españoles y el irlandés en un ataque yihadista.

En la Asociación Hispano-Irish (Irlanda & España, punto de encuentro) se disparan las alarmas. De nuevo sangre de irlandeses y españoles riegan la tierra juntas. Esta vez es en África y es por defender la vida de los Elefantes en extinción.

Los datos sobre el conservacionista irlandés aparecen confusos en las primeras horas. Decidimos contactar de primera mano con quienes más saben de él. Su hermana Suzanne Young en Zimbabue, y Lisa Groeneweg en Ohio (USA) su amiga y cofundadora de la ONG Chengeta Wildlife.

Descubrir a Rory es como descubrir a una mezcla de personaje de cine entre John Rambo y Cocodrilo Dundee. Pero en este caso un personaje de una humanidad y de una filosofía de vida realmente enraizada al que no podemos tratar livianamente.

Young no estaba allí de paso. Pertenecía a África. Por muy blanca que fuera su tez irlandesa, era nacido en Zambia.

¿Cómo llega un Irlandés a África? ¿Cómo se forja un defensor heroico de los Elefantes?

Los abuelos de Rory eran Irlandeses del condado de Monaghan, justo en la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, esa frontera desgarradora y artificial creada por los británicos hace exactamente 100 años.

Para ir al colegio se levantaba a las 5.30 de la mañana y corría 5 km. campo a través con sus blancos pies descalzos por la sabana

Su abuelo, Andrew Young decidió de jovencito ser Ingeniero civil. Se licenció en Trinity College en Dublin, y a partir de ahí la emigración era el camino. Australia para ellos no era el «Finis-terra», el fin del mundo. Sino tierra de oportunidades como también los incipientes Estados Unidos. Y hacia allí se embarcan la joven pareja, hacia las antípodas de Occidente

EL joven irlandés comienza dejando su impronta en Sidney, colaborando técnicamente en la construcción del que hoy es el puente colgante más alto del mundo, el de la Bahía de Sidney. Allí en Australia se fija en él un magnate británico, y le ofrece trabajo en África. Objetivo: construir un nuevo país, él era Cecil Rhodes, y el país a construir llevará su apellido: Rhodesia. El joven Young acepta la oferta y se trasladan a África a construir las estructuras de un país.

Los descendientes del abuelo Andrew, nazcan donde nazcan, tendrán también la nacionalidad irlandesa. El icono nacional del Arpa irlandés viajará con ellos en su documentación y sobre todo en sus corazones. Suzanne Young nos aclara como los todos los descendientes de Irlandeses pueden solicitar antes de los 18 años el pasaporte Irlandés. Y nos comenta como cuando viajaron a la Isla Esmeralda por primera vez: «nos sentimos como en casa. Y veíamos el carácter de aquellas personas tan parecido al nuestro que nos dábamos cuenta de haber vuelto a nuestro hogar».

De estos emprendedores irlandeses nacerá Rory en Lusaka, Zambia. Y desde pequeño dará muestras de su integridad. Para ir al colegio se levantaba a las 5.30 de la mañana y salía corriendo 5 km. campo a través con sus blancos pies descalzos por la sabana.

Los cambios históricos en una África convulsa, también afectarán a la familia Young. En los 80 se independiza Zimbabue del imperio británico, el Príncipe Carlos de Gales acudirá a un emotivo acto en el que se arria la bandera británica y en el que Bob Marley entonará su tema Zimbabue. Mugabe es elegido Primer Ministro y acabará con el apartheid blanco.

Rory viviría la insólita situación de ser uno de los dos únicos niños blancos sentado en el evento de escolares en un estadio para aclamar a Mugabe. Toda una marea negra de miles de personas, y el recién electo Primer Ministro se fija en el niño de 9 años blanco de la primera fila, es nuestro Rory, el Irlandés. Baja a saludarle, acercándose le da una palmadita mientras le preguntaba por su nombre, y diciéndole que qué situación más extraña estaban viviendo.

A los 15 le envían durante 2 años a Francia a un internado católico cerca de Carcasonne. Allí crecen sus habilidades de lectura, su amor por la historia y por la escritura. Todo gracias a su profesor de Historia, el español padre Gonzalez. Del que su hermana dirá que también adoptó el fino sentido del humor.

Desarrollará su formación militar, al alistarse en la Legión Extranjera francesa, como paracaidista.

Entendía a los furtivos que cazaban para alimentar a sus familias que pasan hambre, pero no a los que matan por el lujo del marfil

Y a partir de aquí vendrían sus experiencias de defensa de la fauna salvaje, en diferentes Parques nacionales como oficial guardabosques, conduciendo en soledad su land rover, con el fusil en la otra mano. A la vez crea una familia con su esposa Marjet, hija del embajador de Países Bajos en Zambia y nacida también en Lusaka como él, con la que tendrá una niña y un niño.

Para Rory los grandes Gigantes, los elefantes del Desierto en vía de extinción, pasarán a ser prioritarios en su lucha de salvación. Los están masacrando.

En la plataforma norteamericana Quora, de preguntas y respuestas especializadas, comenzará a difundir sus ideas conservacionistas. Es ahí donde desarrolla su capacidad de comunicación apasionando a los miembros y donde conoce a Lisa Groeneweg de Ohio (USA). A él le acaba de caer un rayo del que salva de milagro, ella está en tratamiento de Leucemia. Estos dos guerreros enfrentados a las adversidades de la vida comienzan su andadura con la fundación de la ONG Chengeta Wildlife (Chengeta en Bantú significa «protégelo»).

Rory permanecerá a pie de campo en África y Lisa captará fondos a través de crowdfunding desde los Estados Unidos, para poder mantener la formación de los guardabosques.

Paralelamente crecerán las amenazas de muerte a él y su familia por parte de los furtivos y mafias provocando que la familia tenga que dejar aquel inmenso parque de juegos que era África. Desgarrador es ver el video de sus pequeños y su mujer abandonando África, y la pequeña decir «Estoy triste, yo no quiero dejar África, esta es mi tierra».

A pesar de todo Rory sabe discernir al enemigo. Es asombroso escuchar a este líder anti caza furtiva decir que entendía a los furtivos que cazaban para alimentar a sus familias que pasan hambre, pero no a los que matan por el lujo del marfil. Para él «si en un enfrentamiento con furtivos moría uno de ellos era un fracaso, tan duro como si moría uno de sus guardabosques» Hablar así de su enemigo revela la talla de quién lo siente.

Los resultados de su filosofía y de la ONG Chengeta son claros. Desde que comenzaron a adiestrar Rangers de las comunidades autóctonas, ni un solo Gigante de los elefantes del Desierto sería aniquilado.

Esos 300 elefantes, como los últimos espartanos, son el mejor homenaje a la vida de Rory. Cuando veas una foto de uno acuérdate del legado de Rory Young, el irlandés blanquito con corazón de elefante, al que David Beriáin y Roberto Fraile quisieron inmortalizar, quedando eternos los tres.

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