Mis padres nacieron con el Muro de Berlín ya en pie. Cuando yo llegué al mundo, sin embargo, ya hacía tres años que ese último bastión había sido demolido. Comenzaba una nueva etapa en la economía mundial, o eso aseguraban las voces autorizadas. La gramática ... nos enseña que los presentes compuestos no existen; y la Historia, que los presentes simples tampoco. Los que sí existen son los presentes continuos: monocromos, aburridos, instalados en la espera eterna de ese acontecimiento memorable que lo cambiará todo y nos regalará algo hermoso que contarles a los nietos. Pertenezco a esa generación sin pasado que no corrió delante de los grises, que no vio morir a Franco ni vivió la transición; la revolución sexual nos pilló de vuelta y, cuando nací, hacía años que la 'movida' había sido demolida por esa alianza negra entre las drogas y el neoliberalismo. Pero tener recuerdos, como casi todo, está sobrevalorado, y además tiene precio: el tiempo.
Publicidad
En unos días hará treinta años de la caída del Muro. Luego se cumplirán otros treinta del fin de la Guerra del Golfo, y pronto habrán pasado también treinta desde las Olimpiadas de Barcelona. Más o menos a la vez, sin remedio, llegará mi propia efeméride. Decía Gardel «que veinte años no es nada», y mi mirada febril y parcial atestigua que ya hace cinco de todo y diez de casi todo. Un profesor de filosofía del instituto tenía en su despacho, en un cubo de metacrilato, un trozo del Muro de Berlín, y aseguraba haberlo cogido él mismo aquel noviembre. Aunque todos sabíamos que no era cierto, poco importaba, porque de algún modo era verdad. Cuando tenga un despacho colgaré de la pared mi fotografía favorita: la pandilla tirada en Sol durante la acampada del 15M. Otros quizás atesoren un adoquín roto en la vitrina, y cuando sus nietos pregunten, les dirán que lo pidieron por Amazon.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.