El PP vuelve a la reforma electoral para evitar el bloqueo si se abren de nuevo las urnas

No se trata de una propuesta novedosa. En el congreso extraordinario de 2018, en el que se impuso a Soraya Sáenz de Santamaría como sucesor de Mariano Rajoy, Casado ya abogó por una modificación de la norma que conceda una prima de escaños a la lista más votada para facilitar la gobernabilidad. «Que no dependamos ni de bisagras nacionalistas ni de cualquier otro partido que luego socave nuestros intereses electorales», argumentó entonces. Y la iniciativa formó parte de la batería de pactos que el líder del PP ofreció a Sánchez el pasado mes de julio como posibles terrenos a explorar durante la legislatura.

Fuentes populares ratifican ahora la disponibilidad de Casado a abordarlo cuando Sánchez lo estime, incluso si los contactos con Esquerra no fructifican y la parálisis obliga a abrir las urnas. El PP argumenta que una reforma exprés permitiría ir a terceras elecciones con la garantía de que esta vez el partido vencedor contará con herramientas para formar Gobierno con más holgura. En todo caso, las fuerzas políticas tendrían que consensuar el alcance de la modificación y su contenido.

El planteamiento del PP se inspira en el «modelo griego» y, dado el margen de composición del Congreso que recoge la Constitución -entre 350 y 400 diputados-, la prima a la lista con más apoyos podría llegar hasta los 50 escaños. Si bien admiten fuentes populares que habría que conciliar esta idea con el artículo 68 de la Carta Magna, que establece que la circunscripción electoral es la provincia y fija un criterio de proporcionalidad en el reparto.

El PSOE, mientras tanto, se ha inclinado en los últimos meses por una reforma del 99 de la Constitución, el que regula los procesos de investidura, para acabar con el riesgo del bloqueo. Una de las opciones que siempre se han barajado en las filas socialistas es la del sistema vasco, que permite elegir en un segundo intento al candidato con más apoyos tras no haber obtenido ninguno la mayoría absoluta. Pero los populares descartan abrir la Carta Magna en este momento.

Mientras tanto, Ciudadanos persigue un cambio en la ley electoral para que los partidos tengan representación en el Congreso sólo en caso de llegar al 3% de los votos a nivel nacional, lo que limitaría el acceso de las formaciones nacionalistas.

La complejidad del asunto hace pensar a otros dirigentes del PP que será difícil dejarlo resuelto a tiempo si la investidura resulta fallida. Se trata de una alternativa legal que liberaría de la presión del desbloqueo al segundo partido en liza, como le ocurrió al PSOE en 2016. En todo caso, en Génova consideran que Esquerra llegará a sellar su acuerdo con Sánchez y que el debate podrá ser afrontado más adelante.