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El secretario general de Vox, Ignacio Garriga Efe
Vox mantiene su apoyo a una investidura de Feijóo pese «al desprecio» en la Mesa del Congreso

Vox mantiene su apoyo a una investidura de Feijóo pese «al desprecio» en la Mesa del Congreso

El partido de Abascal insiste en que la prioridad es evitar un Gobierno de Pedro Sánchez sostenido por «quienes quieren romper España»

S. Rodríguez

Viernes, 18 de agosto 2023, 10:50

Durante la campaña electoral del 23-J, Vox insistió una y otra vez en que no daría sus votos gratis al PP para que Alberto Núñez Feijóo se instalara en la Moncloa. Las sumas que dejaron las urnas, sin una mayoría absoluta para el bloque ... de la derecha, llevaron a los de Santiago Abascal a recapacitar y el 6 de agosto ofreció sus 33 diputados, sin contraprestaciones, para tratar de investir al líder de los populares o, más bien, para evitar un Gobierno liderado por Pedro Sánchez. Este jueves Vox volvió a la casilla de salida. Tras «la perplejidad» de que el PP dejara sin un puesto en la Mesa del Congreso «a la tercera fuerza de la Cámara», Abascal pidió explicaciones. Dejó en el aire, incluso, su apoyo a Feijóo en caso de que Felipe VI, en la ronda de contactos que iniciará en breve con los grupos parlamentarios, le encargue formar Gobierno.

Pero con el nuevo día las aguas parecen haber vuelto a su cauce, aunque el PP sigue sin ver en Vox un socio fiable. Pese al «desprecio» recibido, Vox está dispuesto a dar el voto favorable al PP en una investidura, aunque avisó al partido de Feijóo de que ni regalan sus síes ni el PP puede pretender recibir apoyos «a cambio de ofensas». Lo aseguró este viernes el secretario general de la formación, Ignacio Garriga, en una entrevista en Telecinco.

Y el motivo de ese apoyo, de desligar la negociación de la Mesa del Congreso de una investidura, es, según Garriga, el mismo de siempre: la necesidad de recuperar la neutralidad constitucional y la normalidad democrática y evitar, a toda costa, un Gobierno «sustentado por un prófugo de la justicia y los enemigos de la Constitución, por quienes quieren romper España».

PP y Vox no terminan de encontrar un encaje en el que se sientan cómodos. De hecho compiten en un mismo caladero de votos. No hay una vía de comunicación directa como tal entre ambas formaciones. De ahí el desconcierto que se produjo en el Congreso este jueves. Los de Abascal daban por hecho que los populares les cederían un puesto en la Mesa del Congreso y los de Feijóo, que el partido de la derecha radical apoyaría a su candidata a la Presidencia, que Cuca Gamarra obtendría 172 votos, la suma de los 137 del PP, los 33 de Vox y los dos de UPN y Coalición Canaria. Ni una cosa ni otra. Unos y otros conocieron prácticamente este desencuentro cuando se inició la votación, cuando ya no había posibilidad de reconducir la situación.

En Génova se recibió como un duro golpe la soledad que mostró Feijóo, y más en contraposición con la bancada socialista, que alardeó de haber aglutinado 178 escaños en torno a Francina Armengol, lo que allana a Sánchez seguir en la Moncloa pese a la advertencia de Junts y ERC de que la negociación para investirle aún no ha comenzado. «Feijóo tiene que presentarse a la investidura y hacer todo lo posible para evitar un Gobierno de Sánchez», aseguró este viernes Javier Maroto, desde este jueves vicepresidente primero del Senado.

De la misma opinión es Borja Sémper. «Nosotros estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad y vamos a intentar afrontar un proceso de investidura que convierta a Alberto Núñez Feijóo en presidente del Gobierno. Esto es extraordinariamente complicado, somos conscientes de ello, pero nuestra obligación es hacerlo», dijo el diputado y vicesecretario de cultura y sociedad abierta del PP.

En Vox, mientras tanto, esperan una llamada del PP. Tras la reunión de Feijóo y Abascal los días siguientes al 23-J, ambos líderes no han vuelto a hablar. Muy lejos queda cuando el presidente de Vox mantenía encuentros frecuentes con el del PP, con Pablo Casado. Aquella relación se rompió en la dura intervención del mandatario popular en la primera moción de censura que Vox presentó contra el Gobierno de Sánchez. El PP decidió entonces romper con los voxistas.

Desconcierto en las filas del PP

En las filas del PP hay cierto desconcierto porque carecen de una directriz clara de Génova sobre Vox. Y el embrollo de este jueves no contribuye a clarificarlo. En el Congreso se escenificó un divorcio en la derecha. Garriga cree que el PP tiene ahora que demostrar a los españoles que está dispuesto a hacer todo lo posible para que este bloque dispuesto a defender el ordenamiento constitucional «no tiene ninguna fuga, ni ninguna fractura». «Es Vox el que decidió cambiar el sentido del voto y proyectar una imagen de ruptura», responden en las filas de los populares, que no se plantean la organización de un congreso extraordinario para clarificar posiciones y reforzar el liderazgo de Feijóo.

Pese a todo, el partido de Abascal insiste en que estará a «la altura de las circunstancias, como ha demostrado con los pactos ya alcanzados con el PP en Valencia, Aragón, Baleares o Extremadura», lo que se traduce en que Feijóo sigue contando para la investidura con su apoyo. El líder del PP es consciente de que sacarla adelante es una misión casi imposible ante la negativa del PNV a moverse del no. Y se puede dar la circunstancia de que Feijóo se convierta en el líder de la oposición con más poder en la historia de la democracia, como primera fuerza política, con el control del Senado y con un mapa autonómico y municipal teñido de azul.

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