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Las elecciones del 12 de julio en Euskadi y Galicia no depararán sorpresas, según el sondeo preelectoral del CIS, e Iñigo Urkullu y Alberto Núñez Feijoó gobernarán con amplias mayorías absolutas. El gallego, en solitario, y el vasco, en alianza con los socialistas.
El ... PNV obtendría casi el 41% de los votos y entre 31 y 34 diputados de los 75 que componen el Parlamento de Vitoria. La segunda fuerza sería EH Bildu, con el 19% de las papeletas y 16 o 18 escaños. El Partido Socialista de Euskadi se recuperaría y pasaría ser el tercero con el 15% de los sufragios y entre 11 y 13 diputados. Elkarrekin Podemos se mantendría con el 14,9% de los votos y entre 11 y 12 asientos en la Cámara vasca. La alianza de PP y Ciudadanos sufriría un serio revés con el 6% de las papeletas y 3 o 6 diputados.
Los nacionalistas ganarían, de acuerdo al estudio del CIS, entre dos y cinco escaños respecto a los que obtuvieron en las elecciones de 2016; la izquierda abertzale podría ganar uno o perderlo; los socialistas aumentarían su representación en dos o cuatro diputados; los morados se quedarían igual o ganarían uno; y los populares, pese a ir en coalición con los naranjas, perderían entre tres y seis representantes.
Con estos datos, Urkullu, si reedita el acuerdo del PNV con el PSE y todo apunto a que así será, tendría garantizada una nueva legislatura. Aunque la improbable alianza de la izquierda entre los socialistas, EH Bildu y Elkarrekin Podemos podría arrebatarle el Gobierno al sumar entre 38 y 43 diputados. Pero este escenario es solo matemático y no político porque el PSE ha descartado esta alternativa y su apuesta es renovar su acuerdo con los nacionalistas.
Núñez Feijoó no tendría que hacer estas cábalas porque el triunfo del PP, siempre según el CIS, sería incuestionable. Los populares, que ahora tienen 41 diputados de los 75 que componen la Cámara gallega, podrían ganar un asiento o perder otro. En todo caso, en la peor de las expectativas, obtendrían 40 escaños, dos por encima de la mayoría absoluta. En Galicia sería más factible el entendimiento entre las fuerzas de izquierda y los nacionalistas, pero la suma no alcanzaría la mayoría suficiente para gobernar porque se quedaría entre 32 y 38 representantes.
La novedad en Galicia es que el PSdG recuperaría la segunda posición con casi el 20% de los votos y entre 16 y 18 diputados. Desplazaría de esa posición a la alianza de Podemos con fuerzas nacionalistas, que hace cuatro años sumó el 19% de los sufragios y 14 asientos en el Parlamento gallego, pero que el 12 de junio se quedaría con cuatro o seis representantes. Un descalabro del que se beneficiarían sobre todo los nacionalistas del BNG, que sumarían entre 12 y 14 diputados, seis u ocho más que en 2016.
Ni Ciudadanos ni Vox obtendrían representación en el Parlamento gallego, con apoyos irrisorios del 1 y 2% de los votantes. Los liberales salvarían la cara en el País Vasco merced a su acto con el PP y podrían entrar en la Cámara de Vitoria con dos escaños.
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