El Villa de Pitanxo, el último barco hundido en Terranova

Esta no es la primera vez que se produce una tragedia de estas características en estas aguas canadienses. En 2009, otro buque gallego con base en Vigo, el 'Monte Galiñeiro', se hundió tras producirse dos explosiones en la sala de máquinas y posteriormente un incendio. En aquella ocasión, no obstante, los 22 tripulantes pudieron ser salvados.

Los marineros, que se dedicaban a la captura del fletán negro, fueron rescatados sanos y salvos por un guardacostas que estaba vigilando sus movimientos de forma rutinaria y que, al recibir el SOS, apenas tardó diez minutos en alcanzar su posición. Tras saltar del barco, de treinta metros de eslora, los náufragos se refugiaron en varias lanchas salvavidas o permanecieron flotando en la mar, equipados con 'trajes secos' de inmersión.

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Mateo Balín

No tuvieron la misma suerte los tripulantes de la plataforma petrolera Ocean Ranger, una de las mayores plataformas semisumergidas de los años 80, y que se hundió en 1982 tras una fuerte tormenta del Atlántico del Norte. En aquella ocasión murieron 84 tripulantes y hay un denominador común entre lo ocurrido aquella fatídica noche de 1982 con lo sucedido este martes en aguas de Canadá. También era 15 de febrero. Es decir, es el cuarenta aniversario de un fatídico suceso que dejó sin vida a toda la tripulación y que quedó marcado en negro en el calendario de una isla cuyo nombre significa en latín «tierra nueva».

Por si fuera poco, fue en el mismo lugar en el que se perdió la vista al Trasatlántico RMS Titanic, por lo que sus 84 tripulantes se sumaron a los 1.496 muertos del naufragio del trasatlántico en 1912. De aquel hundimiento solo sobrevivieron 712 personas tras chocar el trasatlántico al filo de la medianoche contra un iceberg. Era su viaje inugural en una ruta que iba de Southampton a Nueva York y no tardó ni tres horas en desaparecer, convirtiéndose en una de las mayores tragedias marítimas que se recuerdan.

La historia de los naufragios en aguas de Canadá, aún así, se remonta unos años atrás. Ya en 1565 se produjo una tragedia por parte de un buque español. En concreto, el Ballenero San Juan era vasco y fue encontrado en 1978 por arqueólogos canadienses.