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EFE
La UE retrasa la decisión sobre la implantación del euskera, el catalán y el gallego

La UE retrasa la decisión sobre la implantación del euskera, el catalán y el gallego

Países como Suecia, Finlandia e Irlanda piden evaluaciones de impacto aunque España se ofrece a costear el gasto. Puigdemont cita la dictadura de Primo de Rivera para denunciar «la represión» contra la lengua catalana

Lunes, 18 de septiembre 2023, 13:29

El debate sobre la posible introducción del catalán, el euskera y el gallego entre los idiomas oficiales de la Unión Europea (UE) se discutirá este martes por primera vez a nivel de ministros. La inclusión de los tres idiomas genera ciertas «dudas» entre varios países ... del bloque, que piden calma y rechazan tomar una decisión precipitada. Suecia, Finlandia e Irlanda han pedido estudios sobre el impacto económico y político de esta decisión, que requiere de unanimidad para su adopción. Así las cosas, se espera «un primer debate» entre los Estados miembros en el Consejo de Asuntos Generales de este martes, pero todo indica que los ministros pospondrán la decisión sobre la propuesta del Ejecutivo español, clave para asegurar el apoyo de Junts y ERC de cara a la investidura de Pedro Sánchez.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se encargará de defender la propuesta ante el Consejo Europeo. La inclusión del catalán, el euskera y el gallego es «de interés esencial para España» y fuentes europeas destacan la propuesta ha presentado con «fuerza y rigor». Es más, el ministro de Presidencia, Felix Bolaños, ha defendido que el Ejecutivo está «haciendo todo» para que el catalán, el euskera y el gallego sean oficiales en la UE.

Fuentes diplomáticas han destacado que las conversaciones entre los embajadores «han sido productivas» y que esperan que ese tono se mantenga también entre los ministros. Por el momento los Veintisiete mantienen el debate sobre la mesa y dan una patada hacia adelante con la que el Gobierno de Pedro Sánchez gana algo de tiempo.

España también se aferrará al apartado 55.2 de los tratados europeos para defender esta causa, donde se recoge que este instrumento legal «puede ser traducido a otros idiomas como determinen los Estados miembros, entre aquellos que, disfrutan de estatus oficial en todo su territorio o en parte de él».

Dudas políticas

El Gobierno español se ofreció la semana pasada a sufragar el coste asociado a la traducción de estas tres lenguas, para tratar de sortear el bloqueo por razones económicas. En la práctica, la oficialidad de las tres lenguas obligaría a la traducción de las sesiones de las instituciones comunitarias, así como de los documentos y las comunicaciones internas y elevaría a 27 las lenguas oficiales del bloque. La petición tal y como figura actualmente, no incluye este ofrecimiento del ejecutivo español, que podría incluirse en futuras propuestas y que exigiría reformar el reglamento.

Pero el principal escollo reside en que la inclusión del catalán, el euskera y el gallego abra la puerta a las peticiones de otras de las 60 lenguas minoritarias de la UE. Por esa razón, los países europeos piden más tiempo para analizar esta decisión. Algunos incluso barajan la posibilidad de abrir «discusiones técnicas» en grupos de trabajo específicos, ya consideran que «es muy pronto» para pronunciarse sobre esta cuestión.

El independentismo ha fijado la sesión mañana en la UE como uno de los hitos para acreditar la voluntad de Pedro Sánchez de aproximarse a sus demandas para que se avengan a reelegirle presidente; los acontecimientos han hecho que sea el mismo día en que la tramitación por la vía rápida de la reforma del Reglamento del Congreso permitirá a los diputados que así quieran expresarse en su lengua propia a lo largo del pleno ordinario, el primero de esta legislatura, que aprobará el cambio normativo. Carles Puigdemont no ha anticipado la respuesta que pueda ofrecer Junts ante la ralentización de sus reivindicaciones en la UE. Pero sí ha enviado un mensaje a través de X para dolerse de «la represión» histórica sufrida por el catalán. El expresident huido en Waterloo ha recordado cómo hace un siglo la dictadura de Primo de Rivera aprobaba un real decreto en el que «se prohibía expresamente, entre otras cosas, el uso de la lengua catalana por toda autoridad».

A ello ha añadido la advertencia de que serían juzgados por tribunales militares «los delitos contra la seguridad y unidad de la patria y todo lo que tienda a disgregarla, restarle fuerza y rebajar su concepto, ya sea por medio de la palabra o por escrito», y que estaría sujeto a multa «de hasta 5.000 pesetas de la época» quien hiciera «ostentación de bandera que no sea la nacional». Una introducción de la que Puigdemont se sirve para concluir que «nunca lucha viene de lejos, y su represión también».

La red europea para la Igualdad Lingüística –con el apoyo de eurodiputados Diana Riba i Giner, Izaskun Bilbao (PNV), Ana Miranda (BNG) y el exeurodiputado de Bildu, Pernando Barrena–, ha exigido en el Parlamento Europeo «el voto a favor» de los Estados miembros para la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego. «El 45% de los españoles viven en territorios donde se habla otra lengua además del castellano. Debemos corregir los desequilibrios lingüísticos que existen», ha defendido David Minoves, presidente del Centro Internacional Escarré para las Minorías Étnicas y Nacionales (CIEMEN). Por su parte, la secretaria general de Euskalgintzaren Kontseilua, Idurre Eskisabel, ha asegurado que la oficialidad del euskera sería «un paso más» en la normalización de este idioma.

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