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Puigdemont a su llegada al juzgado de Bruselas, Bélgica, este martes. Foto: Afp | Vídeo: Atlas

La justicia belga aplaza al 16 de diciembre la vista sobre la extradición de Puigdemont

El político independentista volverá a sustentar su defensa en «la inmunidad y la vulneración de derechos fundamentales»

Salvador Arroyo

Bruselas

Martes, 29 de octubre 2019, 10:45

Carles Puigdemont gana tiempo. El juez belga encargado de dirimir sobre las tercera orden de extradición dictada contra él por la justicia española, ha decidido aplazar la audiencia que debía celebrarse este martes en primera instancia. El político secesionista, huido en este país desde ... hace dos años, tendrá que comparecer el próximo 16 de diciembre por la tarde ante la misma sala para defenderse de las acusaciones de sedición y malversación de fondos públicos, los dos delitos que sustentan esta orden internacional de detención y entrega. Y que han vuelto a ser respaldados por la Fiscalía de este país, dando plena validez así a la solicitud cursada por el magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, el pasado día 14.

Asi lo han confirmado desde el equipo jurídico de Puigdemont. Mes y medio por delante en el que la defensa utilizará los mismos argumentos que utilizado utilizados con las dos euroórdenes anteriores. Se plasmarán por escrito en un intercambio de alegaciones que ya ha comenzado. Entre los puntos que desarrollarán sus abogados «están obviamente el tema de la inmunidad, la vulneración de derechos civiles y políticos, los derechos fundamentales, las garantías del proceso y el tema de la presunción de inocencia», enumeró Boye.

Puigdemont, que no aceptó preguntas ni a la entrada ni a la salida del Palacio de Justicia de Bruselas, se limitó a asegurar que «estaremos aquí para atender a una justicia que actúa con independencia e imparcialidad». Apenas había comparecido diez minutos ante el juez. Porque tal y como estaba previsto, la intención de sus abogados era requerir el aplazamiento de esta audiencia para estudiar con tiempo el expediente, después de que la Fiscalía les notificase el lunes que no se oponía a la extradición.

Carles Puigdemont, en libertad sin fianza y con medidas cautelares después de pasar una noche arrestado la pasada semana, había llegado a esta cita en el Palacio de Justicia de Bruselas pasadas las 8.30 horas. Salió rodeado de sus cuatro abogados a eso de las 10.20. Su asunto no era el primero que tenía encima de las mesa el juez flamenco encargado de llevar su caso, el mismo que estudió la euroorden de 2017. El expresidente y los letrados fueron uno a uno anunciando el aplazamiento de la vista ante la numerosa prensa nacional y extranjera (incluido un medio ruso) en hasta cinco idiomas distintos (catalán, castellano, neerlandés, francés e inglés).

Boye, que recientemente fue llamado a declarar en España por el caso Sito Miñanco, utilizó las palabras que apenas unas horas antes había pronunciado la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo en Onda Cero para volver a cuestionar la independencia judicial en España. Calvo advirtió que no se entendería que Bélgica «no entregue a quienes están huidos de la Justicia española». «Son unas declaraciones que ayudan bastante y las agradecemos», dijo el letrado con ironía. «(Calvo) amenaza con que afectaría a las declaraciones diplomáticas, cuando creíamos que estábamos ante un asunto estrictamente judicial».

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