Trapero recupera el mando de los Mossos haciendo autocrítica por el 1-O

Acusado de una cierta tibieza, alimentada por las declaraciones de los responsables políticas, que aseguraban, empezando por el entonces consejero de Interior, Quim Forn, que los Mossos se pondrían al servicio del 'procés', el mando policial cree que la Policía catalana dio una «imagen de algo que el cuerpo no estaba haciendo». «Quizá no fuimos lo suficientemente claros. Esperemos que aquello no se vuelva a repetir. Pero nuestras actitudes no deben dar pie a malas interpretaciones«, ha rematado. Si en algún momento el cuerpo dio la impresión de que no obedecería las leyes y las órdenes judiciales, Trapero ha tratado de zanjar ese asunto, como ya lo hizo durante el juicio en la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo contra los líderes del 'procés', en el que compareció como testigo y en el que cargó contra los miembros del Govern y reveló que había diseñado un plan para detener a Carles Puigdemont si así lo requería la justicia tras la declaración unilateral de independencia. Ahora se propone alejar a los Mossos del foco mediático por cuestiones que no son propias del cuerpo.

Arropado por el consejero de Interior, Miquel Sàmper, y la plana mayor del cuerpo, Trapero ha abogado por abrir una nueva etapa en las relaciones entre los diferentes cuerpos policiales, Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil. Y es que, ha reconocido que durante octubre de 2017 en algún momento su «defensa del cuerpo no fue bien entendida». «Una persona al frente de los Mossos debía velar más de lo que yo lo hice por cuidar las relaciones personales y la interlocución con otras instituciones», ha apuntado, en relación a la pugna que mantuvo con el coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos, al mando del operativo del 1-O o con la Fiscalía.

En esta nueva etapa de relaciones con otros cuerpos, ha tratado de lanzar un mensaje conciliador. Ya se ha puesto en contacto con el general jefe de la Guardia Civil y el jefe superior de la Policía Nacional en Cataluña y les ha anunciado su voluntad de verles y poner el cuerpo de Mossos a su disposición: «Me he encontrado la mejor de las respuestas», ha afirmado. En su primer día en el cargo, también ha contactado con el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y la Fiscalía, así como con los directores operativos adjuntos de los dos cuerpos policiales en Madrid. Ha reconocido que estuvo en el centro del huracán y que fue blanco de las críticas, pero apuesta por pasar página. »Se han dicho muchas cosas que me han hecho daño. Pero yo sé quién soy y lo que he hecho y ahora todo eso queda atrás«, ha rematado.

El nuevo mayor de los Mossos no ha desvelado aún qué cambios acometerá en la cúpula, pero de entrada cuenta con todos los que durante estos años han ocupado su lugar, como su antecesor, Eduard Sallent, quien le sustituyó tras el cese por el 155, Ferrán López, o Miquel Esquius y Joan Carles Molinero. Sobre su regreso, ha argumentado que «sumaba más que restaba aceptar ese ofrecimiento y por eso la respuesta ha sido que sí». Además, cree que después de estos tres años ha crecido como persona y este crecimiento personal puede ayudar en una mejora profesional.