Cristian Reino
Barcelona
Martes, 21 de enero 2020, 14:18
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El día después de que Pedro Sánchez anunciara su intención de reunirse con Quim Torra en Barcelona, el Ejecutivo catalán ofreció este martes el Palau de la Generalitat y los días 30 y 31 de enero, o 6 y 7 de febrero como lugar y ... fechas para el encuentro. La primera reunión entre ambos presidentes tuvo lugar en la Moncloa, en julio de 2018, la segunda en el Palacio real de Pedralbes de Barcelona, en diciembre de 2018, y la tercera cita, según proponen desde el Govern, debería celebrarse en su sede, que Sánchez ya visitó siendo jefe de la oposición.
La consejera de la Presidencia, Meritxell Budó, concedió la máxima importancia al encuentro. Y aunque Sánchez la situó en el marco de una ronda de visitas con los presidentes autonómicos y la calificó de comisión bilateral -foro contemplado en el Estatuto de autonomía- Budó avisó de que será un encuentro donde la parte catalana irá a «negociar» para establecer y «definir» los contenidos, las condiciones y las garantías de la futura mesa entre gobiernos pactada entre ERC y el PSOE. «Lo que se pactó en esa negociación fue entre partidos, el Govern no pactó nada, para eso hace falta la reunión entre Sánchez y Torra, para ver cómo funciona la mesa» que debe servir para «resolver el conflicto» político catalán, según la portavoz del Ejecutivo catalán. Y la resolución del conflicto pasa, ha añadido, por que los catalanes puedan ejercer la autodeterminación y se acabe la «represión».
El Govern catalán validó este martes los Presupuestos de la Generalitat pactados el día anterior entre JxCat, ERC y los Comunes, y su intención es darles luz verde la semana que viene en el Consejo ejecutivo, con el objetivo de que puedan ser tramitados y aprobados en abril. Budó señaló que el Govern aprueba las cuentas con la voluntad de que puedan ser ejecutadas este año. Sin tener en cuenta que Torra podría ser inhabilitado por el Supremo, lo precipitaría la convocatoria de elecciones.
Budó, en cualquier caso, lo descarta a día de hoy. «No estamos en escenario de elecciones», según la consejera de la Presidencia, un adelanto electoral provocaría parálisis en la ejecución de los presupuestos y en el desarrollo de la mesa de diálogo con el Gobierno. «No se nos pasa por la cabeza la convocatoria», insistió. El martes que viene no se reunirá el Govern, cuyos miembros tienen previsto arropar a los seis exconsejeros que ese día saldrán de la prisión para participar in situ en una comisión de investigación sobre el 155 en el Parlament.
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