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Quim Torra, durante la conferencia de presidentes autonómicos de este viernes. EFE
El nuevo gobierno de Torra ahonda en su estreno la división entre JxCat y ERC

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El nuevo consejero de Empresa afea a Aragonès que no apoyase al presidente para pedir recursos extra para Cataluña por la covid-19

Cristian reino

Barcelona

Viernes, 4 de septiembre 2020, 19:44

A estas alturas, ya no les hace falta ni disimular. Junts per Catalunya y Esquerra están en guerra, a la espera del enfrentamiento final en unas elecciones autonómicas, y ni unos ni otros guardan las formas. El nuevo Gobierno de Quim Torra, tras los tres ... ceses llevados a cabo el jueves pasado por el presidente de la Generalitat, se estrenó este viernes y lo hizo sin ningún ánimo de intentar limar asperezas entre los dos socios secesionistas.

Horas antes del acto de traspaso de carteras, el nuevo consejero de Empresa, Ramón Tremosa, pasó por los micrófonos de Catalunya Ràdio para cargar sin miramientos contra el vicepresidente de la Generalitat, el republicano Pere Aragonès. Torra dijo en la víspera que los cambios respondían a la voluntad de reforzar el Ejecutivo e inyectar energías renovadas para enfrentar la pandemia del coronavirus. Pero a las primeras de cambio quedó claro que la estrategia era otra y los objetivos de la crisis tenían que ver sobre todo con la lucha partidista y la preparación para la campaña electoral.

Tremosa, que se hizo célebre como eurodiputado cuando registró una pregunta al Ejecutivo comunitario sobre la patada que en su día propinó Pepe a Messi, no esperó ni al formalismo protocolario del relevo para arremeter contra el consejero de Economía. Recriminó a Aragonès que no diera apoyo público a Quim Torra cuando pidió por carta al presidente del Gobierno que recurriera al fondo MEDE para obtener recursos para las autonomías. «Ya va tarde», le criticó.

Aragonès tampoco se mordió la lengua y replicó que, «cuando entras nuevo en un sitio, lo normal es que te tengas que poner al día». El martes se sentarán juntos en la mesa de la reunión del Consejo de Gobierno de la Generalitat. Lo de desearse suerte y aciertos entre unos y otros lo dejaron para otro día. La vida sigue igual en el seno del Govern tras la remodelación pilotada por Quim Torra y Carles Puigdemont en la recta final de la legislatura. Desde casi el principio del mandato, no puede hablarse de un Ejecutivo sino de dos.

El vicepresidente Aragònes no solo cargó contra el nuevo consejero de Empresa, al que fuentes republicanas recuerdan su pasado convergente y su afinidad ideológica, en materia económica, a Duran Lleida. También lanzó un aviso al propio Torra, por su negativa a adelantar los comicios autonómicos antes de su inhabilitación, si finalmente es condenado por el Supremo el próximo 17 de septiembre. «Un Gobierno en funciones –advirtió–no puede aprobar proyectos de ley» (incluidos los Presupuestos). Esquerra presionó además al presidente de la Generalitat con la mesa de diálogo, que Pedro Sánchez y Gabriel Rufián acordaron volver a reunir para mediados de septiembre durante su encuentro este jueves en la Moncloa. «Hemos conseguido el compromiso de reemprender la mesa, aprovechémoslo, consensúe el orden del día para que sea útil», instó Marta Vilalta.

Críticas de los exconsejeros

La cordialidad en las formas brilló por su ausencia también entre los miembros del Govern cesados. Mariàngela Vilallonga, exconsejera de Cultura, atribuyó su destitución a una venganza por parte de Quim Torra por negarse a apartar al secretario general de Cultura, al que el presidente catalán quería despedir. Miquel Buch, exconsejero de Interior, dijo el jueves que su cese era difícil de entender y Àngels Chacón, de Empresa y del PDeCAT, habló en su caso de «purga».

La purga del PDeCAT puede ayudar a Sánchez en la Cámara baja

La 'vendetta' contra el PDeCAT podría tener consecuencias no deseadas para Quim Torra y Carles Puigdemont y, de rebote, podría beneficiar a Pedro Sánchez. La ejecutiva de la formación nacionalista se reunirá el lunes que viene, tras el cese de Àngels Chacón como consejera de Empresa, la única consejera del Govern de Torra que se mantenía como dirigente del PDeCAT. El partido heredero de Convergència abordará en qué situación quedan sus cuatro diputado en la Cámara catalana y los cuatro del Congreso de los Diputados. La formación fundada por Artur Mas en 2016 busca tener voz propia, propone presentarse a las elecciones en solitario y se espera que rompa con el grupo de JxCat en ambas Cámaras.

Hasta la fecha, JxCat mantiene una posición de bloqueo. Pero la dirección del PDeCAT quiere empezar a marcar perfil para diferenciarse de sus hasta ahora socios y recuperar las señas de identidad de la antigua Convergència, que se caracterizó por su apoyo reiterado a diferentes Gobiernos centrales. La cúpula postconvergente apuesta por la moderación y la «responsabilidad» y no cierra la puerta a que sus cuatro diputados apoyen los Presupuestos Generales del Estado, en línea con el PNV.

Pedro Sánchez aún no ha amarrado los respaldos, pero puede sumar algunos apoyos hasta hace bien poco inesperados.

En el Parlament, el PDeCAT también tiene cuatro diputados, integrados en el grupo de JxCat. En este caso, su desvinculación provocará que el Govern, junto a la CUP, dejará de tener la mayoría absoluta.

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