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Quim Torra hizo este martes suyos los postulados de Carles Puigdemont y abogó por que el independentismo retome el pulso y ponga rumbo hacia una «confrontación democrática y pacífica» con el Estado tras constatar que el Gobierno no pactará un referéndum de autodeterminación. ... Es la única vía con recorrido que contempla el presidente de la Generalitat, pese a que Oriol Junqueras reivindicaba este mismo lunes en Catalunya Radio el diálogo y la negociación. «No nos mintamos -instó el jefe del Ejecutivo catalán- ni nos engañemos más a nosotros mismos».
Restan poco más de 20 de días para la manifestación independentista que la Asamblea Nacional Catalana ha convocado el 11 de septiembre con motivo de la Diada y el movimiento secesionista llega dividido y pendiente de la sentencia del Tribunal Supremo por el 1-O. Torra quiere convertir la marcha en el inicio de una nueva etapa en la que las fuerzas políticas que abogan por la ruptura recuperen la «confianza» y la «iniciativa».
Para ello el presidente de la Generalitat pidió este martes a los partidos independentistas superar las tensiones en aumento, frenar la pugna interna y trabajar por la unidad estratégica. «Nuestros adversarios -se pronunció en una conferencia en la Universitat Catalana d'Estiu, en Prada de Conflent, Francia- son quienes nos impiden ejercer el derecho de autodeterminación de Cataluña. Tenedlo claro, a mí no me encontraréis en luchas partidistas ni en batallas estériles por hegemonías políticas».
No habló, en todo caso, del escenario que el líder de Esquerra aceptó como posible en la entrevista del lunes una vez se conozca la sentencia del Supremo. «Convocar elecciones -dijo Junqueras desde la prisión de Lledoners- es una opción que no hay que descartar nunca». Fue en esa intervención en la que marcó distancias con la estrategia de confrontación. Torra, en cambio, llamó este martes, según recoge Efe, a considerar «la desobediencia civil dentro del marco democrático» y defendió como un «deber» el no acatar «las leyes injustas».
El pasado lunes, el presidente de la Generalitat visitó en Lledoners a los presos independentistas. Según figuraba en la agenda, durante la mañana se vio con el líder de Òmnium, Jordi Cuixart; el expresidente de la ANC, Jordi Sànchez; los exconsejeros de JxCat Josep Rull, Jordi Turull y Joaquim Forn; el exresponsable de Asuntos Exteriores de la Generalitat Raül Romeva; y el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras. Y dos días después, reclamó concretar «un proyecto y una estrategia» para poder hacer efectiva la «república» a la que aspiran y no permitir que el 1-O sea un «recuerdo melancólico».
A su juicio, los puntales del independentismo quedaron desdibujados tras la aplicación del 155. De ahí que este martes llamara a retomar el objetivo: «Tenemos un deber entre nosotros, la responsabilidad cívica y democrática de volver a hacerlo».
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