Cristian Reino
Martes, 23 de julio 2019, 10:37
Esquerra y JxCat votaron este martes en contra de la investidura del candidato socialista Pedro Sánchez. Las dos formaciones independentistas, que suman 22 escaños en el Congreso (sobre un total de 48 diputados de las provincias catalanes), lanzaron un aviso al presidente del Gobierno en ... funciones y le recordaron que si sale investido no podrá gobernar ignorando a las fuerzas independentistas.
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Sin embargo, el voto negativo de los dos grupos secesionistas está muy lejos de reflejar una unidad de acción del soberanismo en Madrid y no consigue camuflar las profundas diferencias que hay entre las dos formaciones que sustentan el Gobierno catalán. Así, mientras el «no» de Esquerra fue más bien táctico y de cara a la galería, vinculado a que el PSOE y Unidas Podemos alcancen un acuerdo antes de la votación de este jueves, el de los postconvergentes visualiza una apuesta por el bloqueo y una defensa de la tesis que abandera Carles Puigdemont de que cuanto peor vayan las cosas a nivel institucional en la política española, mejor le irá al independentismo.
Esquerra ya hace tiempo que se ha alejado de los postulados de Puigdemont y, si los socialistas y los morados consiguen sellar un pacto de gobierno en las próximas horas, los republicanos facilitarán mañana con sus catorce diputados (tienen 15, pero Junqueras está suspendido) la investidura de Sánchez. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, escenificó este martes el giro que trata de pilotar el partido de Junqueras para ocupar el sitio que antes pertenecía a Convergència. Quieren ser la fuerza de referencia del soberanismo y el principal interlocutor de Cataluña.
Los republicanos tendieron la mano a Pedro Sánchez. «Estamos condenados a entendernos», afirmó Rufián, diputado de verbo agresivo en la pasada legislatura, ahora mucho más moderado. «No dé por hecha nuestra abstención», le advirtió al candidato socialista. «Tienen 48 horas para ponerse de acuerdo», presionó. Rufián apretó por igual a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias. «Señor Sánchez, ¿por qué es mejor una abstención del PP y Ciudadanos a que el señor Iglesias se siente en un ministerio? y señor Iglesias, ¿por qué es mejor darle una oportunidad a los trillizos (Casado, Rivera y Abascal) a que se siente usted en un ministerio?». Si hay pacto, por ERC «no será», dijo. JxCat critica de sus socios que faciliten la investidura «gratis». Pero los republicanos sí ponen condiciones si finalmente son «imprescindibles» para la gobernabilidad del país. En primer lugar, reclaman una mesa de diálogo, en la que estén todas las fuerzas. ERC insta a Sánchez a volver a la reunión de Pedralbes. Y además niega que defienda la vía unilateral.
Según Rufián, no se puede imponer una República con el 50% de la ciudadanía en contra, pero tampoco una autonomía. También abogó por que se deje votar a la gente, sin llegar a mencionar un referéndum, puso sobre la mesa una «fiscalidad más justa» y reabrir algunas comisiones de investigación. «Es naïf e irresponsable el bloqueo a España», aseguró. «No lo haremos nunca», añadió. «Porque a mí no me roba España. Me roban Rato, Bárcenas o Pujol», remató. Y lanzó una advertencia al candidato del PSOE. «Si cree que (la sentencia), se puede gestionar obviándola, se equivoca», dijo. «Lo que puede pasar en otoño nos complica la vida a todos», concluyó.
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El guante blanco de Rufián brilló por su ausencia en el discurso de la portavoz de JxCat, Laura Borràs. La exconsejera de Cultura se estrenó en un pleno de investidura, pidiendo respeto a Quim Torra, cargando contra la «represión» que a su juicio ejerce España contra el secesionismo y recordando que tres compañeros de bancada no pudieran estar presentes. «En Cataluña no hay un problema de convivencia, el problema es el Estado español», aseguró. Borràs espetó a Sánchez que no tiene credibilidad para hablar de diálogo y dejó clara su posición de rechazo a la investidura: «Tenemos 155 motivos para votar no».
La dirigente nacionalista instó además al líder socialista a hablar con los presos. «Usted ha dicho que necesita un vicepresidente que no hable de presos políticos, pero si tuviera sentido de Estado, debería hablar de presos políticos y con los presos políticos», remató. La intervención de Borràs fue replicada con dureza por Sánchez, que a acusó a los nacionalistas de practicar la antipolítica y de ser «inútiles» para el bienestar y los derechos de los catalanes. Y a la diputada de JxCat le dijo que no puede hablar de diálogo cuando Torra insiste cada día que lo volverá a hacer. «No volverá a ocurrir», avisó. Desde Twitter, Torra amenazó de nuevo: «Por alusiones, lo volveremos a hacer».
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