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OLAYA SUÁREZ
Gijón
Jueves, 26 de abril 2018, 18:14
Los usuarios del parque Isabel la Católica de Gijón no podían dar crédito a la escena que contemplaron a plena luz del día: dos hombres de edad muy avanzada, 93 y 87 años, manteniendo sexo oral en una zona del parque en la que ... se encontraban numerosos niños acompañados de sus padres.
El episodio, que causó un importante revuelo en el espacio verde, tuvo lugar días atrás a las tres de la tarde, una hora muy concurrida por menores de los centros educativos próximos.
Al parecer, según explicaron los testigos, uno de los ancianos le ofreció diez euros al otro para que le hiciese una felación. Y dicho y hecho. El hombre se desabrochó los pantalones y su compañero le practicó sexo oral, a apenas unos metros de donde jugaban varios niños.
Los adultos, atónitos, telefonearon a la Policía Nacional y a los pocos minutos se presentaron en el lugar varias patrullas. Los dos ancianos continuaban con sus quehaceres, ajenos a lo que ocurría a su alrededor. Cuando se percataron de la presencia de los agentes, uno de los los hombres se orinó encima.
Los funcionarios los identificaron e iniciaron las investigaciones para determinar si lo ocurrido pudiera ser constitutivo de un delito, ya que la presencia de menores de edad en las inmedicaciones podría implicar un delito de exhibicionismo.
No es la primera vez que ocurre un hecho de estas características en el parque Isabel la Católica, aunque este tipo de episodios suelen producirse durante el horario nocturno o en el interior de los baños públicos ubicados en la zona próxima a la avenida de El Molinón.
Hace años un hombre de 61 años fue condenado por un delito de exhibicionismo por mostrar sus genitales a una niña en el mismo escenario, el parque de Isabel la Católica. En ese caso, actuó durante varios días seguidos, acercándose a la misma víctima y ofreciéndose para mantener relaciones íntimas. Le condenaron a nueve meses de cárcel.
Recientemente la Guardia Civil y la Policía Nacional investigaron la presencia de un exhibicionista que mostró sus genitales a varias vecinas de las parroquias de Granda y Leorio. Se trataba de un joven de unos treinta años que conducía un taxi y que protagonizó numerosas escenas que motivaron que incluso desde las asociaciones de vecinos alertasen de su presencia, aconsejando a los vecinos que extremasen las precauciones.
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