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Sánchez, junto con los vicepresidentes Calvo e Iglesias han participado en la celebración del 42 aniversario de la Constitución. Ballesteros / efe Vídeo: EP

Sánchez y Casado se enzarzan en reproches constitucionales el día de su conmemoración

La presidenta del Congreso pide «concordia y diálogo» para rebajar el clima de máxima tensión entre PSOE y PP

Domingo, 6 de diciembre 2020, 00:11

Otros años el debate era sobre la conveniencia o no de abordar la reforma de la Constitución. Este domingo, no, este domingo fue el día para que el Gobierno y la oposición utilizaran el texto constitucional para sacudir al adversario. Pedro Sánchez reivindicó que la ... Carta Magna ha permitido la confluencia de una amalgama de fuerzas políticas para aprobar los Presupuestos. Pablo Casado apeló a la unidad de «los moderados» contra «los enemigos de la nación», que ahora se cobijan a la sombra del Gobierno. El presidente del Gobierno y el líder de la oposición ni se saludaron en el acto institucional el Congreso.

48 horas después de la aprobación de las Cuentas en la Cámara baja, los rescoldos de la polémica por los apoyos cosechados por el Gobierno se avivaron. La presidenta del Congreso reclamó concordia y diálogo en su discurso institucional con motivo del 42 aniversario de la aprobación de la Constitución pero fue como arar en el mar.

Sánchez elogió el marco constitucional porque ha permitido tomar las medidas extraordinarias para combatir la pandemia y porque ha facilitado la aprobación de los Presupuestos con una mayoría plural que «elevan a la máxima categoría el alma social» de la Carta Magna. Fue su forma de reivindicar la confluencia de fuerzas políticas, entre ellas Esquerra y Bildu, que respaldaron su proyecto de Cuentas del Estado, y que ha proporcionado munición de grueso calibre a la oposición.

El presidente del Gobierno reprochó, además, que haya fuerzas que pretendan patrimonializar el texto constitucional cuando es una ley de «todos». Y en un mensaje perifrástico al PP, exigió al partido de Casado que, en vez de recurrir a las soflamas constitucionales, cumplan «del primero al último de los artículos de la Constitución». Se refería al 122.3, que establece la renovación cada cinco años del Consejo General del Poder Judicial.

El líder de los populares no comentó el recordatorio sobre el gobierno de los jueces. Para Casado, lo relevante es que el Gobierno ha sacado adelante las Cuentas con «los enemigos de la nación», que, además, participan de «la dirección del Estado». Aunque también alabó la Constitución como «ejemplo de que todos cabemos en ella», el líder de la oposición recordó que su aprobación fue obra de «los moderados», no de «los radicales» que se quedaron fuera y pidieron votar en contra en el referéndum. Esquerra y entonces Herri Batasuna reclamaron el voto negativo en la consulta popular de 1978, y nunca se han sentido concernidos por la Carta Magna.

El líder del PP elevó el tono al hacer suyas unas palabras de su correligionaria y presienta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que minutos antes había denunciado la existencia de «movimientos internos dentro del Ejecutivo para derrocar la Constitución». Ni Casado ni Ayuso profundizaron en el comentario.

LAS FRASES:

  • Pedro Sánchez - Presidente del Gobierno. «Tras dos años de bloqueo, el Congreso ha aprobado unos Presupuestos que elevan a la máxima categoría el alma social de nuestra Constitución»

  • Pablo Casado - Líder de la oposición. «Los herederos de Batasuna y los independentistas catalanes ya son clave en la gobernabilidad de España»

Las andanadas de Sánchez tuvieron como telonero al portavoz de Unidas Podemos en el Congreso. Pablo Echenique sostuvo que la Constitución está «bajo asedio de dos quintos del Congreso», los 88 diputados populares y los 52 de Vox. Pablo Iglesias guardó este domingo silencio, aunque escribió un artículo en el diario 'Público' para defender que se abre paso un «horizonte republicano» para el «constitucionalismo social y democrático».

Las palabras de Casado también tuvieron eco, pero en Barcelona, donde el líder de Vox se esmeró para evitar que el PP le arrebatara el papel de máximo azote gubernamental. Santiago Abascal sostuvo que «el Gobierno socialista apoyado en el comunismo totalitario» con el auxilio del «separatismo golpista y ETA» es el «mayor enemigo de la Constitución».

En este ambiente saturado de reproches, el discurso de la presidenta del Congreso mereció el educado aplauso de los asistentes y nada más. Batet pidió «diálogo y concordia», que nadie utilice la Constitución como «bandera partidista» y reclamó que la vida política no sea el escenario para el «enfrentamiento constante e incondicional» entre las fuerzas políticas.

Recuerdo histórico

La dirigente de los socialistas catalanes apeló incluso a la historia del siglo pasado para advertir de los riesgos de la confrontación si cuartel. «Hace ya mucho tiempo -advirtió- que sabemos de las consecuencias nefastas de considerar al adversario político un enemigo, de negarle legitimidad».

El discurso de Batet fue posterior a las declaraciones de los líderes políticos, pero nada hace pensar que hubiera cambiado el tenor de las mismas de haberse producido antes. Casado, por ejemplo, mantuvo un tono similar a su intervención previa en las breves conversaciones informales tras el acto. Consideró «correcto» el discurso de Batet pero precisó que la interpretación de la Constitución no corresponde a los políticos, aunque sea la presidenta del Congreso, sino al Tribunal Constitucional.

Sánchez prefirió conversar con algunos de los nueve presidentes autonómicos que acudieron al Congreso, entre ellos el de Galicia y Andalucía, los populares Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno. La charla, explicaron los interlocutores del jefe del Ejecutivo, discurrió por los cauces de la pandemia sin abordar otros asuntos.

Los que ni hablaron ni se saludaron fueron Sánchez y Casado. No se encontraron, fue la explicación oficial. El líder de los populares, por si acaso, volvió a recordar que el presidente del Gobierno aún no le ha devuelto la llamada telefónica que le hizo hace seis semanas.

Un aniversario desangelado y deslucido por la pandemia

Por M. E. A.

Al aire y con la Puerta de los Leones como telón de fondo. La pandemia obligó este domingo a trasladar por primera vez a la calle el acto para conmemorar la aprobación de la Constitución con estrictas medidas de seguridad sanitarias.

Mascarillas, aforo reducido, distancia de seguridad de dos metros y un discurso de apenas quince minutos. Ese fue el guion de una jornada atípica y desangelada en la que desapareció el tradicional besamanos y se suprimieron los habituales corrillos políticos.

Tampoco contó con la presencia de público en los aledaños de la Cámara baja, que este año se queda sin jornada de puertas abiertas por el virus. Pero la distancia no fue impedimento para que la plataforma 'Gobierno dimisión' corease, desde el inicio de la Carrera de San Jerónimo, sus consignas durante la alocución de la presidenta de la Cámara baja, Meritxell Batet.

Parapetados tras sus mascarillas, los miembros del Ejecutivo, con Pedro Sánchez a la cabeza, ni se inmutaron. Estaban más pendientes del frío que este domingo reinaba en la capital. Con apenas cuatro grados de temperatura los guantes, las bufandas y los gorros se convirtieron en el atuendo de gala de los casi 150 invitados al acto, entre los que destacaron representantes de los tres poderes del Estado, miembros de las Mesas y portavoces del Congreso y del Senado, además de nueve presidentes autonómicos, cuatro del PSOE y los cinco del PP. «Espero que no pasen mucho frío», deseó a los periodistas el mandatario andaluz Juanma Moreno.

El clima político fue igual de gélido que el ambiente. El jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición, Pablo Casado, ni se cruzaron palabra. Ni siquiera un breve saludo. Y eso que este domingo ambos estaban de celebración.

Causaron baja los presidentes de Vox, Santiago Abascal, y de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que prefirieron celebrar, con la campaña electoral a la vuelta de la esquina, el 'cumpleaños' de la Constitución en Cataluña. También se ausentaron Esquerra, PNV, EH Bildu, PDeCAT, BNG, Más País y Compromís aunque su baja es ya habitual.

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