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Joseba Asiron coge el bastón de mando tras proclamarse alcalde de Pamplona junto al concejal de Geroa Bai, Koldo Martínez. EFE

El PSOE estrecha su alianza con Bildu y le entrega Pamplona en un tenso pleno

PP y UPN hablan de «traición» mientras el Gobierno los acusa de «crispar» y justifica la operación por falta de diálogo de la derecha

Jueves, 28 de diciembre 2023, 07:39

El PSOE consumó ese jueves, entre acusaciones de «traición» de la derecha, el último de sus bruscos virajes políticos. Bildu gobierna ya en el Ayuntamiento de Pamplona después de que los cuatro concejales socialistas del consistorio votaran a favor de la moción de censura registrada ... contra la alcaldesa de UPN, Cristina Ibarrola, hace dos semanas. La dirección del partido insiste en desvincular la operación de la investidura de Pedro Sánchez, que la izquierda abertzale apoyó sin exigir en público contraprestaciones y con el único objetivo declarado de frenar a la derecha. La oposición da por hecho que miente.

«Yo me voy con la cabeza muy alta. Me duele en el corazón el manoseo del PSOE. Esto estaba escrito, matarnos antes de nacer -proclamó Ibarrola en un pleno de alta tensión, que ya empezó con bronca por el uso de los tiempos-. Habéis querido pisotearme con falacias. No lo habéis conseguido. Como Judas Iscariote, Pedro Sánchez vende Pamplona por un puñado de votos». Luego volvería a expresar su indignación con una desafortunada frase: «Nunca sería alcaldesa con los votos de Bildu; prefiero fregar escaleras».

El PSOE, que hasta hace solo seis meses, cuando Sánchez estaba en plena precampaña de las generales, blandía su negativa a dar a Bildu el poder municipal como muestra de compromiso ético, volvió a argumentar este jueves que Ibarrola es la única responsable de que haya cambiado de postura. «Ha estado llevando a cabo una acción política prepotente, unilateral, opaca y ajena a la escucha y al diálogo», esgrimió la portavoz municipal, Marina Curiel.

Desde Madrid, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, secundó sus palabras. «Estoy viendo estos días afirmaciones absolutamente gruesas. Señalamientos a compañeros. Y de verdad, invito a UPN a que abandone esa política de la crispación y que, sobre todo, reflexione sobre el porqué de su soledad política» adujo. La misma apelación hizo al PP, cuyo portavoz municipal, el diputado nacional Carlos García Adanero -expulsado de UPN por votar en contra de la reforma laboral del Gobierno de Sánchez cuando la dirección del partido había acordado con el PSOE apoyarla- había manifestado vehemente: «¿Dónde quedan todos los asesinados, los 27 vecinos de Pamplona cuyos asesinatos ustedes -dijo en alusión a Bildu- no han condenado?».

Fuera, en la plaza del Ayuntamiento simpatizantes de Bildu se manifestaban a solo unas calles de otra concentración de apoyo a los ediles de UPN. Pero fueron las alharacas de los primeros, el sonido de los 'txistus' y los gritos de 'UPN Kamporá (fuera)' e 'Independentzia' los que lograron colarse hasta el salón de plenos. El nuevo alcalde, Joseba Asiron, primer edil de la ciudad ya entre 2015 y2019, se reuniría luego con ellos a festejar pero no intervino en el debate, según dijo, para «no echar más leña al fuego». «Ya tendremos tres años y medio para discutir e incluso enfadarnos», dijo tras prometer que buscará consensos.

Perfil particular

El perfil de Asiron, profesor de ikastola vinculado a movimientos culturales y de defensa del euskera, ha servido a los socialistas, estos días para justificar también su posición e insistir que no es extensible al País Vasco. En 1998, cuando aún no se dedicaba a la política, el ya regidor firmó un manifiesto de condena del asesinato del concejal de UPN Tomás Caballero perpetrado por ETA y en varias ocasiones ha afirmado que no habría dado el salto a Bildu si la banda terrorista no se hubiera disuelto en 2011 y siguiera matando.

Este jueves, afirmó que UPN es «una parte muy importante de la ciudad» y cuando le preguntaron si su objetivo político es trabajar por una República vasca, contestó con un humilde: «Pobre de mí, no sé cómo podría hacer yo tal cosa». Pero en su cuenta de la red social X, antes Twitter, Arnaldo Otegi no tardó en colgar una imagen que vale más que mil palabras, un pañuelo rojo con un escudo de 'Euskal Herria' y las siete provincias vascas (Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra, Baja Navarra, Labort y Sola) reivindicadas por los independentistas.

La ya exalcaldesa genera polémica al afirmar que antes «fregaría escaleras» que aceptar los votos de la izquierda abertzale

La portavoz socialista trató de hacer hincapié en el contenido del acuerdo por el que este jueves el PSN sumó los votos de sus cuatro concejales (deberían ser cinco pero el puesto de la ministra Elma Sáiz no ha sido aún cubierto al renunciar su sucesor) a los ocho de Bildu, dos de Geroa Bai y uno de Contigo-Zurekin contra los once de UPN (9) y PP (2). Un acuerdo que, adujo, se fundamenta en «principios éticos, valores democráticos y proyectos de ciudad» y que aboga por el reconocimiento expreso de las víctimas de ETA. Ayer, Bildu votó a favor de otorgar una subvención nominativa a la Fundación Víctimas del Terrorismo en un pleno extraordinario previsto para después de la moción de censura pero que UPN quiso celebrar de manera previa.

Aun así, son los propios socialistas los que aún sostienen que a Bildu, que no ha condenado a ETA, sigue llamando «presos políticos» a sus condenados y defiende los actos de homenaje a los miembros de la banda «le quedan muchos pasos por dar». Hasta hace poco esa afirmación servía par negarse a firmar acuerdos de gobernabilidad. Ahora el listón ha caído considerablemente sin que medie cambio de actitud. El tabú es ya solo compartir gobierno. Pero, con todo, Curiel afirmó que su propósito es tener en el Ayuntamiento un papel «protagonista, impulsor y facilitador».

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