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Barcelona
Miércoles, 18 de septiembre 2019, 18:41
Suenan tambores de guerra en Junts per Catalunya, la formación que lidera Carles Puigdemont y que apuesta por la línea dura en la confrontación con el Estado, pero que podría romperse por la salida de los sectores más moderados.
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El independentismo, y en especial el ... espacio de centro derecha, lleva meses en el diván tratando de pergeñar una salida al laberinto del periodo 'postprocés'. El sector del nacionalismo más moderado añora los viejos tiempos de Convergència y empieza a tomar posiciones. El sábado que viene, en el monasterio de Poblet (lugar simbólico para el soberanismo catalán) se dará a conocer la plataforma 'El país de demà' (mañana), un foro de debate empresarial, académico y político integrado por unas 250 personas, en el que participan destacadas figuras del independentismo, como Marta Pascal o Carles Campuzano, enfrentados con Puigdemont.
El centro derecha nacionalista moderado, defensor del orden y del 'seny', sale del armario tras años de leal disciplina al independentismo unilateral. Esta plataforma, que pone el acento en el aspecto económico, llama al soberanismo a superar el 'procés' y la «dinámica del conflicto con el Estado», pues su juicio ambos han perjudicado a los intereses de Cataluña y al propio objetivo de la independencia.
Sus impulsores evitan hablar de «presos políticos» y señalan que la secesión es «légítima» y «válida», siempre que se canalice mediante una estrategia posibilista, con paciencia, renunciando a la unilateralidad y respetando las leyes. Justo lo contrario de lo que intentaron JxCat y ERC en octubre de 2017. «Hace falta conseguir un gran consenso en la sociedad catalana sobre cómo enfocar a corto plazo la relación con el Estado», apuntó este miércoles el portavoz de la plataforma, el empresario Antoni Garrell. «Hay que volver a interactuar y tener una relación fluida con el Estado, debemos hacer un 'reset' a todo lo que no nos permite avanzar», remató en el acto de presentación de la iniciativa.
De entrada, esta plataforma no nace con vocación de constituirse en un partido político, sino que surge con voluntad de influir en las formaciones catalanistas. Eso sí, sus impulsores no descartan que algunos de los dirigentes que participan en la iniciativa intenten estructurar una fuerza política. «Un nuevo partido es una opción», afirmó Pascal en abril pasado.
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Garrell negó este miércoles que 'El país de demá' esté condicionado por la guerra interna que se libra en JxCat, pero todos los movimientos que se producen en el espacio de la antigua Convergència tienen algo que ver con el proceso interno de Junts per Catalunya. Sectores moderados llevan meses amenazando con la escisión a Puigdemont. En el fondo del debate subyace si se sigue con la vía radical o se regresa a las posiciones convergentes, las del pactismo y la influencia en Madrid, un papel que está apropiándose Esquerra.
Por ello, el PDeCAT ha puesto en marcha un proceso consultivo interno para decidir si se integra en JxCat. Si lo hace, puede mantener las siglas, conservar una posición de fuerza y con capacidad para fijar posiciones ideológicas y decidir en las listas. Pero puede también diluirse, como reclama el sector afín a Puigdemont.
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Una posición intransigente del expresidente de la Generalitat, que quiere hacer desaparecer el PDeCAT, podría partir JxCat. Puigdemont ya purgó a Pascal, Campuzano y Jordi Xuclà de las listas en las pasadas elecciones generales, pero la dirección del PDeCAT le devolvió el golpe pactando con el PSC en la Diputación de Barcelona.
Torra no quiere convocar elecciones a corto plazo en Cataluña, aunque los movimientos de unos y otros denotan que los diferentes sectores empiezan a tomar posiciones. Ocurre lo mismo en el centro derecha nacionalista y no independentista. Este miércoles se celebró la primera cumbre entre las diferentes fuerzas políticas catalanistas y conservadoras surgidas tras la desaparición de CiU. Son cuatro y este miércoles pusieron las bases para buscar una futura convergencia electoral: Lliures, liderado por el exconsejero de CiU Antoni Fernández Teixidó; Units per Avançar (herederos de Unió y en alianza con el PSC); Convergents, fundado por el ex consejero y ex dirigente de CDC, Germà Gordó; y la Lliga, impulsada por la número dos del ex primer ministro francés Manuel Valls y ahora encabezada por Astrid Barrio.
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