El segundo vuelo con 110 evacuados de Kabul aterriza en Madrid

De la espontaneidad de los menores, de sus miradas curiosas ante lo desconocido, no hay ni rastro. Sus ojos solo reflejan miedo y dolor. Los vídeos e imágenes distribuidos por el Ministerio de Defensa, en los que en ningún momento se oculta los rostros de los menores, en los que se ve cómo familias al completo acceden al A400 que les sacará del infierno en el que se ha convertido Afganistán, solo reflejan una parte del horror. Salen de Kabul con lo puesto, con la mirada perdida, en busca de un futuro que allí les fue negado. Y con los mismos gestos serios, a los que hay que sumar más de doce horas de periplo, los 110 afganos llegaron a última hora de la tarde a la base de Torrejón, que se convertirá en su improvisado hogar las próximas 72 horas.

Allí fueron recibidos por el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, quien dio la bienvenida a este grupo de colaboradores afganos de países europeos durante las dos décadas de misión y a sus familias antes de que se les realizara un primer reconocimiento médico y una prueba PCR. En declaraciones a Europa Press, Bolaños explicó que la situación en Kabul «sigue siendo muy complicada y dramática» con «miles de afganos que quieren llegar al aeropuerto para embarcar a un destino seguro y vida mejor». El ministro ha defendido que España y Europa «trabajan día y noche» para poder evacuar «a cuantas más personas mejor» y «en el tiempo más breve posible».

Sin contratiempos y según el plan de vuelo previsto, el segundo vuelo fletado por España partió a las 6:30 horas del aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul. El avión A400 de transporte de larga distancia, perteneciente al Ejército del Aire, llegó a Dubái sobre las diez de la mañana. Y a primera hora de la tarde, en un avión subcontratado de Air Europa, tomaron rumbo a Torrejón de Ardoz. El recinto militar madrileño acoge el campamento temporal de refugiados afganos y se ha convertido en la puerta de acceso a la Unión Europea de estas personas, según el acuerdo suscrito por el Gobierno español y Bruselas este lunes.

En este segundo grupo de evacuados se encuentran tres familias completas del personal afgano en la Embajada de España en Kabul, junto con la capitana del equipo paralímpico Nilofar Bayat y su marido. Se trata de personas que han colaborado durante todos estos años con España, con el Ministerio de Defensa y con la delegación diplomática, según fuentes de Exteriores.

Precisamente, el ministro José Manuel Albares confirmó este viernes que el dispositivo no ha terminado y que está siendo «difícil» contactar con todas las personas, ya que algunas dejaron de trabajar para España hace años, otros no tienen teléfono móvil o correo electrónico y en otros casos no se ha conseguido dar con ellos. «No vamos a cejar en el empeño. No es fácil localizarlos. La voluntad es seguir hasta el último momento», dijo. De acuerdo con las dificultades, admitió que es «imposible saber cuánto va a durar esta misión». «Hasta que lleguen todos y mientras sea posible estaremos ahí», insistió Albares.

En la misma línea se pronunció Margarita Robles. La ministra de Defensa justificó que los aviones militares españoles que están evacuando a colaboradores de la misión española en Afganistán no vayan completos por el «caos» en torno al aeropuerto de Kabul. «Para que se hagan una idea, una de las personas que ha entrado con su familia en uno de los aviones, en una de las avalanchas ha perdido a una de las hijas que se ha quedado en Kabul. Es un proceso muy dramático y de muchísimos casos».

Robles confirmó que Estados Unidos, que mantiene el control del aeropuerto de Kabul, permanecerá en el país más allá del 31 de agosto, fecha que se habían marcado para abandonar Afganistán de forma definitiva porque quieren sacar a 50.000 personas mientras que Alemania va a evacuar alrededor de 10.000 afganos. «Nos han garantizado que hasta que no se vaya la última persona que se tiene que ir no van a abandonar el aeropuerto», dijo.

El recinto militar madrileño acoge el campamento temporal de refugiados afganos y se ha convertido en la puerta de acceso a la Unión Europea de estas personas, según el acuerdo suscrito por el Gobierno español y Bruselas el pasado lunes.

El primer vuelo del operativo puesto en marcha por los ministerios de Defensa y Exteriores llegó a Torrejón el miércoles con 53 pasajeros, 48 afganos y cinco españoles. Asimismo, otro avión italiano fletado por la UE, que se hará cargo del coste de la misión, aterrizó en la base aérea con otros 36 pasajeros. También este viernes aterrizó otro avión en el aeropueto que hace de puerta de entrada de Europa para los evacuados.

El plan es que los refugiados permanezcan un máximo de 72 horas en el campamento mientras deciden si piden asilo en España o en otro país europeo. De ellos, una docena han solicitado protección internacional aquí, por lo que sus identidades fueron remitidas a la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior, que tramitará y resolverá estas peticiones. El resto serán trasladados a otros países, caso de Dinamarca, Alemania, Polonia y Letonia

En este segundo grupo de evacuados se encuentran tres familias completas del personal afgano en la Embajada de España en Kabul, junto con la capitana del equipo paralímpico Nilofar Bayat y su marido. Se trata de personas que han colaborado durante todos estos años con España, con el Ministerio de Defensa y con la delegación diplomática, según fuentes de Exteriores.

Precisamente, el ministro José Manuel Albares ha confirmado este viernes que el dispositivo no ha terminado y que está siendo «difícil» con contactar con todas las personas, ya que algunas dejaron de trabajar para España hace años, otros no tienen teléfono móvil o correo electrónico y en otros casos no se ha conseguido contactar con ellos. «No vamos a cejar en el empeño. No es fácil localizarlos. La voluntad es seguir hasta el último momento», ha afirmado en la Cadena Ser.

De acuerdo con las dificultades, ha admitido que es «imposible saber cuánto va a durar esta misión». «Hasta que lleguen todos y mientras sea posible estaremos ahí. Es difícil estimar cuánto va a durar el proceso», ha manifestado Albares. A ese respecto ha reiterado que la situación es «muy difícil» en Kabul y ha solicitado «ayuda» a los medios de comunicación para comprender que hay detalles «que no pueden dar, tales como cifras, donde está la gente situada, sus nombres, profesiones, etcétera».

«No ayuda en este momento. Nuestra energía tiene que estar en cosas como las que estamos haciendo hoy. En estos momentos el trayecto hasta el aeropuerto es muy complicado», ha insistido. Al mismo tiempo, ha añadido que cónsules de distintas embajadas de varios países miembros de la UE ya han empezado a acudir a la base aérea de Torrejón, donde se está centralizando la llegada de refugiados afganos a Europa para recogerlos. «Todos los países están colaborando en ofrecer visados y en venir a buscar su cuota», ha apuntado el ministro.

En la misma línea se ha pronunciado Margarita Robles. La ministra de Defensa, en declaraciones a RNE, ha justificado que los aviones militares españoles que están evacuando a colaboradores de la misión española en Afganistán no vayan completos, por el «caos» en torno al aeropuerto de Kabul. De hecho, la situación es tan complicada que una de las personas evacuadas ha perdido a una hija en una de las avalanchas, que se ha quedado en Kabul.

Robles ha confirmado que Estados Unidos, que mantiene el control del aeropuerto de Kabul, permanecerá en el país más allá del 31 de agosto, fecha que se habían marcado para abandonar Afganistán de forma definitiva porque quieren sacar a 50.000 personas mientras que Alemania va a evacuar alrededor de 10.000 afganos. «Nos han garantizado que hasta que no se vaya la última persona que se tiene que ir no van a abandonar el aeropuerto», ha asegurado.

Preguntada por la posibilidad de enviar más soldados españoles para facilitar la evacuación, Robles ha afirmado que en los dos aviones que partieron desde España viajaban varios militares que se han sumado a los diplomáticos y los GEOS que están trabajando sobre el terreno para completar la evacuación.