Pedro Sánchez, presidente del Gobierno EP

Sánchez, tras la exhibición de fuerza de Puigdemont: «El diálogo se abrirá paso»

El Gobierno teme que Esquerra sucumba a la presión del ‘expresident’ y JxCAT y endurezca el tono pese a su reciente apoyo al techo de gasto

Domingo, 1 de marzo 2020, 14:59

No lo mencionó de manera expresa para evitar un ejercicio de confrontación directa, pero hay pocas dudas de que Pedro Sánchez buscó hoy dar réplica al discurso lanzado la víspera por Carles Puigdemont en Perpiñán, desde donde llamó al mundo independentista a no esperar a « ... tiempos mejores» y prepararse ya para la «lucha definitiva» por la república catalana; toda una enmienda a la totalidad a la estrategia de Esquerra. El presidente del Gobierno aprovechó su presencia en un acto del PSE en Vitoria para ratificarse en el plan puesto en marcha tras las elecciones del pasado 10 de noviembre, cuando viró hacia la formación de Oriol Junqueras para salvar su investidura, y aseguró que el diálogo «se abrirá paso» pese a las «zancadillas y obstáculos» que puedan ponerle.

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La exhibición de fuerza realizada por Puigdemont, protegido por la inmunidad de su acta de europarlamentario, a escasos kilómetros de la frontera con España, no dejó indiferente al Ejecutivo. Sobre todo, porque la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, fue víctima esta semana de los estragos que causa en Esquerra la presión de los sectores más radicalizados del secesionismo en la votación en el Congreso de la senda de estabilidad presupuestaria que acompaña el techo de gasto de los Presupuestos. Los republicanos acabaron facilitándola con su abstención pero fuentes de la formación republicana admiten que la posición de JxCAT, que votó ‘no’, hizo temblar las piernas a más de uno en el partido.

Los defensores de aparcar, al menos por el momento, la vía unilateral en la búsqueda de la independencia, y de trabajar por ensanchar una base social que nunca ha llegado siquiera al 50% de los catalanes, aseguran que el hecho de que el miércoles ni Quim Torra ni los colaboradores de Puigdemont pudieran encontrar elemento alguno para romper la baraja en la reunión constitutiva de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat fue clave. Ayudó, aseguran, a mantenerse firmes en la decisión de allanar a Sánchez el camino para la eventual aprobación de las cuentas públicas. Pero no se atreven a garantizar que, con Cataluña inmersa en un clima de precampaña, se vaya a conseguir siempre resistir a los «hiperventilados». «Nos complica la vida», dicen.

Dependencia mutua

Entre los socialistas hay quien se muestra optimista. Sostienen que, del mismo modo que el Gobierno «depende» de Esquerra, Esquerra lo hace del Gobierno porque ha ido ya demasiado lejos en su apuesta. Su tesis es que si ahora los de Junqueras rectificaran estarían regalando una victoria a los neoconvergentes, con los que luchan por la hegemonía del independentismo. Desde una óptica más pragmática, la vicepresidenta, Carmen Calvo, insistió el jueves en que para tratar de buscar «soluciones imaginativas» al «conflicto» es necesario que el Gobierno de coalición con Unidas Podemos tenga estabilidad y que sólo la tendrá si hay Presupuestos.

Sánchez –que acompañó hoy a la candidata de los socialistas vascos a las elecciones del 5 de abril en su primer acto de precampaña– apeló en cambio a la emotividad. Insistió en que su partido apuesta, según él como la mayoría de los españoles, por un modelo de sociedad «inclusivo e integrador» y argumentó que hay que cortar una espiral infinita. «Ha habido agravios respondidos con más agravios, afrentas con nuevas afrentas. Y ya sabemos el final de la política del ojo por ojo: todos ciegos», añadió, cargando las tintas no solo contra el secesionismo radical sino también contra el PP.

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«Ya sabemos cuál es el final de la política del ojo por ojo: todos ciegos», argumentó ayer el jefe del Ejecutivo en Vitoria

El jefe del Ejecutivo evitó pronunciar el nombre de Puigdemont o referirse de manera clara al acto de Perpiñán, al que los republicanos decidieron enviar una representación de muy bajo perfil, Pero sus palabras dejan poco lugar a dudas. «Hay gente en los dos extremos que continúan queriendo abonar la confrontación olvidándose del reguero de frustración que han provocado», dijo. «Les digo que la concordia vencerá a la crispación», reiteró.

A los populares, en concreto, les acusó de estar dejando muchos «huérfanos» en el centro derecha y les echó en cara que le acusen de atacar la soberanía nacional. «Aceptamos fans, conversos pero ni una lección al compromiso democrático del socialismo español con la Constitución. Somos constitucionalistas, pero de toda la Constitución española, no del 155 semanal», remachó.

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