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salvador arroyo y Paula De las Heras
Bruselas | Madrid
Lunes, 14 de junio 2021, 11:05
Había una enorme expectación para conocer el alcance del primer encuentro entre el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el presidente del Gobierno de los Estados Unidos, Joe Biden, en los márgenes de la cumbre de la OTAN que este lunes se celebró en Bruselas. ... No ya porque la cita fuera importante para España sino porque desde el propio Gobierno se había alimentado la idea de que el también líder del PSOE_se vería por fin resarcido por el hecho de que en siete meses de mandato nunca hubiera recibido una llamada del redentor de la era Trump y principal líder progresista del mundo. Y el chasco fue mayúsculo.
La charla entre Biden y Sánchez se limitó a un intercambio de palabras que apenas duró 49 segundos, algo menos de lo que ambos tardaron en recorrer el espacio entre el hall donde se realizó la foto de familia y la sala donde se celebró el encuentro de los treinta mandatarios de los países aliados para dar el visto bueno a la Agenda 2030 para la próxima década y dar luz verde, entre otras cosas, a que España acoja la cumbre de 2022, justo en coincidencia con el 40º aniversario de su ingreso en la organización.
El pasado viernes, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, mantuvo una reunión con el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, en la que, supuestamente, además de solicitar su implicación en la solución de los problemas que España y, por extensión, la Unión Europea mantienen con Marruecos, abordó la cita de este lunes entre sus respectivos jefes. En la agenda de Biden para ayer no había, sin embargo, rastro de la anunciada entrevista, que la Moncloa ya rebajó a la categoría de «breve encuentro» al acercarse las once de la mañana.
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Sánchez, sin embargo, minimizó el hecho de que su vis a vis con el mandatario estadounidense se limitara a poco más que una foto y, durante una rueda de prensa conjunta con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, argumentó que esa «primera toma de contacto» había dado para mucho. «Yo no tengo un cronómetro de cuánto me he reunido con el presidente de los Estados Unidos pero le puedo asegurar que ha sido más (de 20 segundos)», le replicó al periodista que le preguntó sobre el asunto, para después pasar a hacer un listado de asuntos que, supuestamente, le había dado tiempo a trasladar.
«Hemos estado hablando de reforzar esos lazos militares que tenemos. Saben ustedes que tenemos un acuerdo bilateral de defensa que data de 1988 y la posición que tiene el Gobierno de España es la de actualizar ese acuerdo bilateral. Seguidamente hemos conversado sobre la situación en Latinoamérica. Acabo de regresar de una gira y efectivamente le he trasladado mi preocupación sobre la situación migratoria y económica de esa región como consecuencia de la pandemia. Y finalmente también le he felicitado por la agenda progresista que ha puesto en marcha y por la vuelta a los grandes acuerdos multilaterales», relató.
El jefe del Ejecutivo, que a lo largo de la cumbre sí tuvo entrevistas propiamente dichas tanto con el primer ministro británico Boris Johnson como el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, no se marchó de Bruselas, en todo caso, con las manos vacías. El documento aprobado ya no exige que el presupuesto de la OTAN aumente en una cuantía fija y, el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg defendió que España, aunque no alcance la cifra que le correspondería, aporta otras capacidades. Pero, sobre todo, la cumbre del año próximo en Madrid le dará mucha visibilidad en un año que puede ser electoral.
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