España da ocho días de plazo a Maduro para convocar elecciones

«Si en el plazo de ocho días no hay una convocatoria de elecciones justas, libres y transparentes en Venezuela, España reconocerá a Juan Guaidó como presidente de Venezuela», ha zanjado Sánchez. El jefe del Ejecutivo también ha ensalzado el protagonismo de Madrid en la respuesta conjunta de los 28. «En todo momento –ha dicho– España ha liderado la posición de la Unión Europea favorable a la democracia y a la libertad. Y lo hacemos en coherencia con nuestra relación especial y con nuestra responsabilidad como miembro de la comunidad iberoamericana».

Según destacan fuentes diplomáticas, España es sin duda la voz cantante dentro del club comunitario en los asuntos que conciernen a América Latina. Y lo mismo, se añade, ocurre con los socios del este en lo que se refiere a la siempre complicada relación con Rusia. La duda que se mantiene a día de hoy es si es Madrid quien arrastra a los 28 a optar por el ultimátum a Caracas o son los socios europeos, cuyos intereses personales van desde el ultraderechista húngaro Viktor Orbán al socialista portugués Antonio Costa. El presidente francés, Emmanuel Macron, ya aplaudió el jueves la valentía de cientos de miles de venezolanos, lo que permite augurar un pronto reconocimiento de París a Guaidó.

La amenaza tiene nulos visos de prosperar. De hecho, fuentes de Moncloa reconocieron este sábado que no existe confianza alguna en que Maduro recapacite. En cualquier caso, se considera que el apoyo de la UE a la oposición puede resultar decisivo para provocar una transición democrática en Venezuela.

El régimen bolivariano lleva atrincherado en el poder desde la muerte de Hugo Chávez en 2013 a causa de un cáncer de pelvis. Sin el carisma de su predecesor, Maduro ha surfeado desde entonces con una crisis política, económica y social que ha devastado Venezuela, un país de 32 millones de habitantes y con unas reservas petrolíferas de las mayores del mundo. Y, un asunto crucial para El Gobierno de Pedro Sánchez, en el que viven cerca de 200.000 ciudadanos españoles.

Para mantenerse en el palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo del país latinoamericano, el mandatario bolivariano ha recurrido a todo tipo de manipulaciones electorales. La más importante ocurrió en 2017, cuando anuló los poderes de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición y de la que Guaidó es presidente.

Desde que asumió el poder, Maduro ha hecho oídos sordos a las advertencias de Madrid. Y ésta, la más contundente jamás realizada por un gobierno español, se puede dar por seguro que caerá en saco roto. El líder bolivariano llegó a ironizar el viernes a reclamar a Sánchez que, como le exige su oposición, convoque igualmente unas elecciones generales.

Precisamente, PP y Ciudadanos han atacado este sábado la falta de acción del Gobierno. Los conservadores mantienen que el PSOE «da aire a una dictadura», mientras que Albert Rivera ve inasumible mantener en el poder a «un tirano». Desde Podemos, principal socio parlamentario del gobierno, se tachó de irresponsable a Sánchez.

El paso dado por el Gobierno es mayúsculo. España y Venezuela llevan jugando al gato y el ratón desde hace años, muy especialmente durante los seis años de Mariano Rajoy en la Moncloa, en los que las crisis diplomáticas fueron una constante. El PSOE, no obstante, asumió el poder con una propuesta de tender la mano al diálogo. La paradoja es que, precisamente, es un Ejecutivo socialista el que puede romper definitivamente la relaciones con Venezuela. Al margen de las estrechas relaciones con Caracas, la UE se enfrenta al problema ruso. Y es que Maduro se apresuró a anunciar tras la autoproclamación de Guaidó que Vladimir Putin le apoya plenamente. Más problemas para España y una posición exterior de la UE que siempre exige el apoyo unánime de todos los estados miembros.