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El presidente y las vicepresidentas posan en las escalinatas de Moncloa. EFE / Atlas

Sánchez hace un ajuste de mínimos en el Gobierno y promete coalición hasta 2023

El jefe del Ejecutivo obvia las últimas tensiones con Unidas Podemos y asegura que en su relación con Iglesias ha prevalecido la «unidad»

Martes, 30 de marzo 2021, 18:04

Pedro Sánchez cumplió con lo previsto. El presidente del Gobierno acometió este martes la segunda remodelación del Gobierno en apenas dos meses con un ajuste mínimo de su Consejo de Ministros. Si en enero se limitó a sustiuir a Salvador Illa, su ministro de Sanidad, ... por Carolina Darias, la de Política Territorial, y a colocar en ese último cargo al líder del PSC, Miquel Iceta, este martes ejecutó sin sorpresas el relevo de Pablo Iglesias. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, es desde ya la nueva vicepresidenta tercera. E Ione Belarra, hasta ahora Secretaria de Estado para la agenda 2030, ministra de Derechos Sociales. El reajuste se cierra con el ascenso de Nadia Calviño a la vicepresidencia segunda.

Como la anterior, esta minicrisis de Gobierno venía obligada por un movimiento electoral. La diferencia es que aquella partió de la propia voluntad de Sánchez de enviar a Illa a competir por la presidencia de la Generalitat de Cataluña en los comicios del 14 de febrero y esta le vino impuesta por la sorpresiva decisión del líder de Unidas Podemos de abandonar el cargo por el que de forma tan persistente peleó -hasta el punto de llevar al país a una repetición electoral- para concurrir en las elecciones del 4 de mayo en la Asamblea de Madrid.

El matiz es importante porque el primer caso generó poca o ninguna duda sobre la vigencia de la coalición entre el PSOE y Podemos. La provocada por Iglesias, después de varios meses en los que la tensión en el seno del Gobierno se había convertido en el pan nuestro de cada día, en cambio, sí lo hizo. «La confianza -admiten abiertamente fuentes de la dirección socialista- está muy deteriorada». Pero esa es la idea que Sánchez se esforzó en combatir en una comparecencia sin preguntas, desde la escalinata del edificio del Consejo de Ministros, en la que agradeció el trabajo de su socio. «Pese a las diferencias siempre ha prevalecido la unidad y la responsabilidad», dijo.

El jefe del Ejecutivo argumentó que su objetivo es «seguir ofreciendo estabilidad a España de la mano de un Gobierno de coalición progresista hasta 2023». La afirmación apuntala, por un lado, el mensaje que siempre se afana en transmitir el Ejecutivo para descartar cualquier rumor de adelanto electoral. Pero, por otro, convierte en claramente electoralista el «con este Iglesias, no» sobre el que el propio Sánchez, bajo el asesoramiento de su jefe de gabinete, Iván Redondo, pretende hacer pivotar la campaña del PSOE en Madrid, orientada a captar al votante moderado que salta del maltrecho barco de Cs.

Continuidad

Iglesias, que el mismo sábado defendió ante el Consejo Estatal Ciudadano de su partido que la alianza en el ámbito nacional con los socialistas debe tener ahora su «correlato» en la comunidad que preside la popular Díaz Ayuso, también defendió este martes en su despedida, a través de un vídeo, las virtudes de una presencia en el Gobierno cuya utilidad han cuestionado desde el principio algunos miembros de Unidas Podemos. «Hemos demostrado que, a pesar de todo, las cosas se podían hacer mejor, que no se nos compra y somos capaces de producir mejoras para la mayoría social», adujo.

En el PSOE ven una buena señal en que Yolanda Díaz no rechistara por pasar a ser vicepresidenta tercera por detrás de Calviño

El socialista aprovecha también la crisis para colocar sus piezas de cara a las próximas batallas orgánicas de su partido

Los socialistas mantienen algunas dudas sobre cómo afectará a la convivencia en el Gobierno la salida del líder de Unidas Podemos. Aunque en un primer momento la lectura fue de cierto alivio, la mayoría cree que habrá que esperar al resultado de las elecciones del 4 de mayo para ver en qué queda su nuevo papel.

Yolanda Díaz, la nueva interlocutora de Sánchez, ha demostrado en este tiempo otra concepción de las instituciones y algunos ven una excelente señal el que aceptara sin rechistar ser vicepresidenta tercera -en lugar de segunda, como era Iglesias- para que quedara claro que en la jerarquía interna es Nadia Calviño, guardiana de la ortodoxia económica europea, quien manda. Pero esta crisis gubernamental también da más poder a Ione Belarra, que hasta ahora ha desempeñado un rol de látigo del ala socialista del Gobierno.

El líder del PCE, Enrique Santiago, pasa a ocupar la secretaría de Estado para la Agenda 2030 y el de los socialistas madrileños, José Manuel Franco, la de Deportes, que deja vacante la exUPyD Irene Lozano para concurrir en la lista de Ángel Gabilondo. El puesto que, sin embargo, queda aún por cubrir es el de la secretaria de Estado de Migraciones, Hana Jalloul, número dos en esa misma candidatura.

La clave paralela de esta nueva remodelación del Gobierno es la que afecta a la vida orgánica del PSOE. En su breve intervención, Sánchez quiso colocar el titular de que el Consejo de Ministros resultante es si cabe más feminista que el anterior. «Es el único Gobierno del mundo con cuatro vicepresidencias ocupadas por mujeres», presumió. Sin embargo obvió que, aprovechando la ocasión, ha llevado a cabo cambios en segundos niveles con los que coloca sus piezas de cara a los congresos regionales que los socialistas celebrarán a finales de año y principios de 2022.

El más significativo es el de Pedro Fernández Peñalver como delegado del Gobierno en Andalucía en sustitución de Sandra García, cuyo nombramiento fue consensuado con Susana Díaz. Con él se lanza un mensaje de disposición a la guerra a la líder de los socialistas andaluces, que volverá a presentarse a las primarias contra el deseo de Ferraz.

EE UU denuncia los «ataques» a la prensa del Ejecutivo

El informe anual sobre derechos humanos del Departamento de Estado de EE UU indica que en España hubo «ataques verbales de miembros del Gobierno a determinados medios de comunicación y periodistas concretos» durante 2020. El estudio señala a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Pablo Echenique y también a Vox. Y afirma que el principal problema del país es la corrupción.

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