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Pedro Sánchez durante su comparecencia este martes en la Moncloa. EFE

Sánchez sella el reconocimiento de Palestina con palabras de amistad para calmar a Israel

Crisis en Oriente Próximo ·

El presidente, que deslegitima a Hamás, da el paso histórico de propugnar un nuevo Estado con las fronteras de 1967 y capital en Jerusalén Este

Martes, 28 de mayo 2024, 00:59

La diplomacia española dio este martes un paso histórico con el reconocimiento de Palestina como Estado por parte del Consejo de Ministros que encabeza Pedro Sánchez. Una decisión con la que España se suma a la lista de 140 países en todo el mundo que ya lo hacen, tras casi siete décadas de conflicto en la región. Como en las ocasiones solemnes, el presidente del Gobierno compareció a las ocho y media de la mañana en las escalinatas de acceso al palacio de la Moncloa, en un simbólico gesto institucional con el que buscaba dotar de vuelo a una decisión que sigue la línea del acuerdo unánime adoptado en 2014 por el Congreso en favor de la llamada solución de los dos Estados –el israelí ya conformado y el nuevo árabe por configurar– como vía para tratar de alcanzar una paz duradera.

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La decisión, sin embargo, se produce con la guerra actual desangrando Gaza y no cuenta con el consenso del PP, principal partido de la oposición, ni tampoco con el respaldo de Estados Unidos o de las dos grandes potencias de la Unión Europea, Alemania y Francia. Aunque España no está del todo sola, da el paso junto a Noruega e Irlanda, como ya había anunciado el propio Sánchez en el Congreso.

Lo que el presidente reconoció este martes, a falta de un acuerdo entre las partes implicadas, son las fronteras que estableció el Consejo de Seguridad de la ONU en 1967:una Gaza y Cisjordania unidas por un corredor –de soberanía israelí pero gestión palestina– y con capital en Jerusalén Este. Desde aquella fecha, Israel ha ido ocupando poco a poco espacios cada vez más grandes de Palestina después de la llamada guerra de los seis días.

Sánchez defiende que esta condición convertiría a Palestina en un Estado «viable», una doctrina que puesta en práctica, a su juicio, permitirá acabar con las rencillas entre israelíes y palestinos. Estos últimos quedarían «unificados bajo el Gobierno legítimo de la Autoridad Nacional Palestina». Una detalle que no es baladí, ya que de este modo la diplomacia española hace una clara distinción entre la organización administrativa que lidera el presidente Mahmud Abás frente al grupo terrorista Hamás, al que no dota de ninguna legitimidad.

El presidente reforzó su mensaje alegando que esta decisión «no es contra nadie», tampoco contra Israel, al que calificó como «pueblo amigo de España», y defendió que el «único objetivo» es buscar la paz en la región. «Esta decisión muestra su rechazo absoluto a Hamás, que no cree en la solución de los dos estados. España condenó desde el primer momento los atentados del 7 de octubre», insistió Sánchez.

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Sin embargo, el reconocimiento de Palestina por parte de España ha provocado una airada reacción por parte del gabinete que dirige el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.Esta se inició hace una semana con la retirada de su embajadora en Madrid, Rodica Radian-Gordon. También prohibiendo al Consulado en Jerusalén que preste sus servicios a la ciudadanía palestina, una medida diplomática esta última no menor si se tiene en cuenta que España no tiene previsto inaugurar embajada en Ramala (Cisjordania) y que su intención es seguir operando con sus oficinas en Jerusalén. En el ministerio deAsuntos Exteriores advierten que habrá «una respuesta serena y firme» a lo que consideran «provocaciones» del Estado hebreo para «desviar la atención».

Visita de delegaciones árabes

Pese a la reapertura del conflicto diplomático con el Estado hebreo, que permanecía latente, Sánchez ha precipitado el movimiento persuadido de que es comprendido por la mayor parte de la ciudadanía española. Moncloa se siente aún más respaldado tras desatarse la última y brutal oleada de violencia en la región, con varios bombardeos a campamentos de refugiados en Rafah de los que el propio Netanyahu ha reconocido que fueron «un trágico error». Si la decisión no ha llegado antes se debe al resultado discreto que ha tenido el intento de dotarse del colchón de un amplio apoyo europeo. Este miércoles, además, Albares recibirá junto al presidente a sus homólogos de Qatar, Turquía, Arabia Saudí y Jordania, además de al primer ministro palestino, Mohamed Mustafá, ante los que defenderán la necesidad de reconocer a Israel aquellos que aún no lo hayan hecho, según indicaron fuentes gubernamentales.

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En el panorama doméstico, el socio minoritario del Gobierno, Sumar, celebró este martes la decisión anunciada por Sánchez. Sin embargo, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, alegó en una entrevista en TVE que el reconocimiento de Palestina «no es suficiente». A su juicio, y con la situación actual, «hay que llamar a consultas a la embajadora española en Tel Aviv, sumarnos a la demanda de Sudáfrica y poner un embargo a la venta de armas a Israel». Sin embargo, en el sector socialista de la coalición no muestran malestar por los cuestionamientos del partido magenta, y los achacan al periodo electoral y a un intento de la líder gallega por diferenciarse, por un lado, del PSOE, y, por otro, de Podemos de cara al 9-J.

Tono 'in crescendo'

Aunque Tel Aviv ha limitado a esas dos medidas su réplica, al menos en los últimos Seis Días desde que Sánchez oficializó cuándo imprimiría velocidad a la estrategia española en la región, lo que ha ido 'in crescendo' ha sido el tono del choque entre ambos Gobiernos. Las inopinadas manifestaciones el sábado de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en el marco del Día de las Fuerzas Armadas, acusando a Israel de estar cometiendo «un auténtico genocidio» en Gaza -una terminología de hondas repercusiones humanitarias, políticas y jurídicas que había quedado reservada a Sumar y a Podemos, que ni el presidente ni su ministro de Exteriores han empleado nunca y que también asume la vicepresidenta y candidata a Europa Teresa Ribera en una entrevista hoy en El Español-, provocaron esa misma noche una airada respuesta de la Embajada hebrea. La legación acusó a la representante española de hacer suyo «el relato falso de Hamás».

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A partir de ahí, la escalada la ha protagonizado el titular de Exteriores de Netanyahu, Israel Katz. Lo ha hecho con un vídeo difundido el domingo desde su cuenta en la red social X que incide en la tesis abonada por su Ejecutivo desde hace una semana de que el gesto de Sánchez «premia» el terrorismo de la milicia palestina y la amenaza de que su país devolverá «el daño» a quien se lo cause.

El Consejo de Ministros ratificará este martes las palabras de Albares -«nadie nos va a amedrentar»- y sancionará su decisión, que culmina la determinación del presidente de encarar con ella un conflicto que ya se tradujo en una tensa entrevista con Netanyahu en Jerusalén el 23 de noviembre. Fue un cara a cara en el que Sánchez expresó su condena por la ofensiva terrorista lanzada sobre suelo israelí por Hamás el 7 de octubre que detonó esta última y dramática crisis en Oriente Próximo, pero trasmitiéndole también que el Gobierno español veía ya desmedida la represión israelí sobre Gaza.

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El presidente palestino, Mahmoud Abbas, saluda al jefe del Ejecutivo español. Pedro Sánchez, tras la reunión que mantuvieron en Ramala el pasado 23 de noviembre. EFE

Las 35.000 víctimas mortales, una parte relevante de ellas niños, que se ha cobrado la entrada implacable del Ejército hebreo en la Franja en estos siete meses de guerra ofrecen, a ojos del Ejecutivo de coalición PSOE-Sumar, razones más que suficientes para precipitar el reconocimiento de Palestina. Un compromiso que va a sellarse ahora en plena campaña para las europeas del 9 de junio y que ha llevado al PP a maliciar sobre las intenciones electoralistas del inquilino de la Moncloa.

Tintes electoralistas

El compromiso del Gobierno de coalición PSOE-Sumar con Palestina llega en plena campaña de las europeas del 9 de junio y por eso el PP duda de las intenciones de Sánchez

Feijóo, las presiones y los desmarques

Alberto Núñez Feijóo, ha reiterado en sede parlamentaria que mantiene al partido donde estuvo hace una década, en la solución de los dos Estados. Y ello pese a las presiones de los sectores más a la derecha y desmarques como el del expresidente José María Aznar, quien mantuvo, con más o menos matices, la histórica línea de la diplomacia española -desde Adolfo Suárez a Mariano Rajoy pasando por Felipe González (anfitrión de la conferencia de paz de Madrid que aventó esperanzas de pacificar la región) y José Luis Rodríguez Zapatero- de actuar como un factor de entendimiento entre las partes enfrentadas en el polvorín de Oriente Medio.

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Las banderas de Noruega, Sudáfrica, Palestina, Irlanda y España en la ciudad de Ramala en Cijsordania AFP

Con lo que disiente el líder de la oposición es con que Sánchez haya decidido tirar hacia delante con su resolución, sin consenso ni en el Congreso ni tampoco con los 'grandes' de la UE, al tiempo que alerta de que la medida, en este momento, puede perjudicar a los palestinos y «empodera» a Hamás, considerada una organización terrorista por buena parte de Occidente. El Gobierno confía en una suerte de efecto dominó que acabe dándole la razón en su convicción de que este paso sitúa a España en «el lado correcto de la Historia». Por ahora, el país se sumará junto a Irlanda, Noruega y Eslovenia -su primer ministro, Robert Golob, anticipó el lunes que lo hará este mismo jueves- a la lista de 140 Estados en el mundo que ya han reconocido a Palestina.

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