Las autonomías acentúan sus críticas por la gestión de la crisis

El jefe del Ejecutivo llegó a la cita reclamando unidad de acción frente a las medidas que se están adoptando contra el Covid-19 y con su oferta de un «gran pacto» de reconstrucción nacional sobre la mesa. Pero se encontró de frente con un alud de críticas por parte de los gobernantes nacionalistas y del PP, que le piden que se tengan más en cuenta sus opiniones.

Urkullu exigió a Sánchez «participación y colaboración», y luego «comunicación externa, no al revés». Le reprochó también que volviese a llevar al encuentro decisiones «ya consumadas», y reclamó «una reconsideración urgente sobre el método de trabajo». Los Ejecutivos regionales criticaron haberse enterado de que se iba a producir un reparto de diez millones de mascarillas en los transportes públicos casi al mismo tiempo que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, lo anunciaba en rueda de prensa.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, lamentó que el Ejecutivo no comparta información y decida a golpe de «improvisación». El dirigente gallego subrayó la necesidad de que los comunidades conozcan las previsiones del comité científico, que tengan información sobre el estudio epidemiológico que pondrá en marcha el Gobierno esta semana y quese aclare el protocolo sobre el uso de las mascarillas. También rechazó que «se utilicen los presupuestos de las comunidades para tomar decisiones» desde Madrid, como en el caso de los fondos para el empleo, porque eso ha hecho –advirtió– que la desconfianza «se esté agrandando».

Sobre unos nuevos Pactos de la Moncloa, el gallego señaló que «sería fantástico» que se pudiera llegar a acuerdos, pero para eso hace falta que haya confianza y transparencia, y también conocer las pretensiones del Gobierno. El líder del PP, Pablo Casado, ve esta propuesta de Sánchez «un señuelo» para instaurar un «cambio de régimen». Sus barones, en cambio, están dispuestos a dialogar y a participar en las reuniones, pero insisten en que no darán «un cheque en blanco» al Gobierno. «Hay que esperar a conocer sus pretensiones para fijar posición», apuntó el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

La propuesta de Sánchez recibió el respaldo unánime de los barones socialistas y del cántabro, Miguel Ángel Revilla. «Es la única salida», defendió el castellano manchego, Emiliano García-Page, aunque también apuntó a que todos, incluido el Ejecutivo, «tenemos que poner de nuestra parte». El líder territorial del PSOE exigió «coordinación y flexibilidad» a la hora de afrontar las medidas de la «desescalada», porque «no son iguales las situaciones en todos los territorios. Page coincidió así con Urkullu y los barones del PP en que es necesaria una mejor coordinación, así como «participar más, y previamente», en la toma de decisiones.

Para que se tenga en cuenta a las comunidades, el mandatario andaluz, Juanma Moreno, sugirió cambiar de día las videoconferencias dominicales y adelantarlas al jueves o al viernes, a fin de que luego el Gobierno tome sus decisiones tras haber discutido cada asunto con las autonomías.