El presidente aconseja a Iglesias ignorar las críticas de los medios

Pedro Sánchez ha mantenido el silencio que mantienen los ministros socialistas ante el enfrentamiento que mantiene Pablo Iglesias con diferentes periodistas y medios de comunicación por las informaciones surgidas sobre su actitud tras el robo a su colaboradora Dina Bousselham de un teléfono móvil y cuya tarjeta retuvo en su poder algunos meses. Iglesias achacó el hurto a «las cloacas del Estado», personificadas en el excomisario José Villarejo, pero el juez Manuel García Castellón no ha dado crédito a su versión y dejó de considerarle perjudicado en la instrucción de la causa.

El vicepresidente segundo señaló hoy en un mitin electoral de Elkarrekin Podemos en Bilbao que la derecha y la extrema derecha «no pueden soportar» que su formación gobierne España en coalición con el PSOE y van a hacer «lo que no está escrito» para «sacar» a Unidas Podemos del Gobierno, con la colaboración de «los protagonistas de la cloaca».

Iglesias sacó pecho porque la impronta de su partido «se nota mucho» en lo que hace el Gobierno central y eso explica «la ferocidad de los ataques» contra la coalición. Hoy no se refirió a ningún informador ni a ningún medio, a diferencia de otras ocasiones en que ha puesto nombre y apellidos a periodistas que, según él, se comportan como altavoces de esa operación.

El líder del PP, Pablo Casado, reprochó a Iglesia que, aunque no esté para dar «muchas lecciones», se permite determinar qué es lo que deben hacer los medios de comunicación cuando tiene «un caso de corrupción muy grave a sus espaldas». Y además, se quejó, pretende mezclar en esa supuesta operación al PP.