El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Efe

Sánchez abona el terreno a la amnistía y promete seguir «normalizando» Cataluña

El presidente en funciones alega en Nueva York que nunca estuvo de acuerdo con la judicialización del conflicto catalán

Paula De las Heras

Nueva York

Miércoles, 20 de septiembre 2023, 19:01

Gota a gota, día a día, Pedro Sánchez va allanando el camino a la aprobación de una ley de amnistía para los encausados del 'procés', aunque aún se siga resistiendo a pronunciar el conflictivo término. En su primera rueda de prensa tras un mes de ... silencio, el presidente del Gobierno en funciones dio a entender este miércoles en Nueva York que, en contra de lo afirmado por el líder de ERC, Oriol Junqueras, la medida no formó parte como tal del acuerdo ya alcanzado en agosto para la Mesa del Congreso, pero también defendió que su intención es «devolver a la política lo que nunca debió salir de la política», afirmó que nunca compartió la judicialización del conflicto catalán y añadió que su intención es apostar por «el diálogo, la convivencia y la concordia».

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Un día después de haber afirmado -en una conversación informal con periodistas- que no contempla más escenario que volver a formar Gobierno y de haber argumentado, además, que ya advirtió en campaña de que buscaría apoyo «hasta debajo de las piedras» para continuar con su labor, como razón de peso para dar ahora estatus de legítimo interlocutor político a quien prometió llevar ante la justicia, el expresidente catalán Carles Puigdemont, Sánchez desdeñó las críticas del primer partido de la oposición, compartidas por históricos de su partido, contra un borrón y cuenta nueva como moneda de cambio para la investidura.

«La derecha debe aprender alguna lección de lo que pasó el 23 de julio porque vuelven con las mismas profecías apocalípticas: que si España se rompe, que si la nación se ve amenazada en su esencia... ¡Pero si ya los ciudadanos han juzgado todo eso!», llegó a esgrimir. Su tesis, abonada en las últimas semanas por otros miembros de su partido, es que las generales supusieron un aval a la política desarrollada a lo largo de la legislatura pasada cuando, también necesitado del respaldo de ERC a su coalición con Unidas Podemos, acabó dando pasos como la concesión de indultos a los condenados por el Tribunal Supremo, la derogación de la sedición en el Código Penal o la reforma de la malversación, los dos delitos por los que fueron condenados los máximos responsables del intento secesionista de 2017 que, a diferencia del prófugo Puigdemont, respondieron ante la justicia.

Apela a la convivencia

En las últimas semanas, todos los representantes del PSOE han eludido confirmar que estén dispuestos ahora a ceder ante una demanda del independentismo que hasta hace dos meses consideraban incompatible con el ordenamiento jurídico español. Pero tampoco lo han negado. Y este miércoles, durante una comparecencia en la sede de la misión española ante la ONU, Sánchez fue un pasito más allá. «Creo que estoy siendo bastante claro y estoy diciendo mucho cuando digo que voy a ser coherente con la política de normalización y estabilización que hemos desplegado en Cataluña».

Como hizo en su momento cuando tuvo que justificar la concesión de indultos, pese haber prometido en campaña que las sentencias del 'procés' se cumplirían, el jefe del Ejecutivo apeló a la convivencia y la concordia como objetivos supremos. E incluso presumió de que en los años en los que él ha ocupado la presidencia del Gobierno no se ha vuelto a vivir la tensión de hace seis años ni se han producido vulneraciones de la Constitución salvo por parte del PP, al que volvió a atacar por su negativa a facilitar la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

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No hubo en su intervención, ni mucho menos, críticas directas a quienes en su partido han manifestado su rechazo a la amnistía -entre ellos, Felipe González y Alfonso Guerra, reunidos este miércoles en la presentación del nuevo libro del exvicepresidente en el Ateneo- pero sí ironizó con que el PP recurra a ellos como fuente de legitimidad para intentar neutralizar sus argumentos. «Aquellos que hoy elevan a los altares a dirigentes del PSOE de ayer son los que ponían en la diana a esos dirigentes socialistas cuando estaban en el poder. Sé que al PP de hoy no le gusta el PSOE de hoy como al PP de ayer no le gustaba el PSOE de ayer», alegó.

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