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Paula De las Heras
Madrid
Miércoles, 15 de septiembre 2021, 10:10
El abrupto comienzo de las conversaciones en la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Estado, a cuenta de la división entre Junts y ERC por la composición de la delegación catalana, se ha colado en la primera sesión de contro al Gobierno del ... nuevo curso político. El portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, se ha rebelado contra la idea, que ya está dejando caer el Ejecutivo, de que el principal problema para un acuerdo reside, precisamente, en la falta de acuerdo entre el secesionismo.
A apenas seis horas para que Pedro Sánchez y Pere Aragonès se reúnan en el Palau de la Generalitat, para acordar los términos en los que funcionará la mesa, Rufián ha lanzado lo que él mismo ha calificado de «advertencia»: «Si fracasa no fracasará el independentismo. Si decepcionamos no decepciona solo el independentismo, también la izquierda españaola y si decepcionamos -ha vaticinado- Vox y el PP entrarán en Moncloa y nos irá mal a todos».
La pregunta del diputado republicano al presidente del Gobierno no trataba en realidad sobre la mesa sino sobre otro asunto que provocado tensiones en los últimos días entre la admnistración central y la catalana: la decisión del Ejecutivo de suspender la inversión de 1.700 millones de euros acordada el 2 de agosto para acometer la ampliación del aeropuerto de El Prat ante la falta de consenso, de nuevo, entre los dos socios de la Generalitat.
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Rufián ha alegado que ERC no era la única que se oponía al plan por su impacto medioambiental sobre la laguna de la Ricarda en el delta del Llobregat y ha señalado a la propia división del Gobierno; una división que hizo visible la vicepresidenta Yolanda Díaz cuando, junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, celebró desde el propio espacio protegido la paralización del proyecto. «Una inversión, un diálogo, una negociación no es un regalo, tampoco es una bendición. Siempre etaremos dispuestos a dialgoar pero de tú a tú,sin imposción», ha alegado el diputado independentista.
Sánchez ha replicado que el suyo es un Gobierno evidentemente comprometido con la emergencia climática y la protección medioambiental «por convicción», pero ha defendido que la ampliación de El Prat recogía medidas compensatorias para La Ricarda y habría sido bueno para Barcelona porque habría permitido convertir El Prat en hub continental, mientras el aeropuerto de Madrid se dedicaba a ser hub para Latinoamérica. «Se equivoca demonizando a un sector tan impotante como el aeroportuario en términos de empleo», ha reprochado. Sánchez, aun así, no ha dado todo por perdido y ha hecho una nueva llamada: «Vuelvan al acuerdo», ha pedido.
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