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Tras el paréntesis marcado por la Fiesta Nacional, PSOEy PP se preparan para retomar la confrontación parlamentaria y medir sus dos modelos anticrisis. Pedro Sánchez, a petición propia, comparece este jueves en el Congreso y ya el martes que viene en el Senado, donde tendrá ... lugar el tercer cara a cara entre el presidente y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que llega cuando ambas formaciones se han dado «una última oportunidad»para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), tras casi cuatro años con su mandato caducado.
El tono que marquen en ambos debates dará una pista para descifrar los avances o retrocesos en esta cuestión. De fondo, el inicio de la recta final de la legislatura, convertido en una eterna precampaña electoral con los comicios municipales y regionales de mayo a la vista y las generales cada vez más cercanas, aunque aún no tienen fecha fijada.
Moncloa solicitó la semana pasada la comparecencia de Sánchez con el objetivo de dar cuenta al Pleno del Congreso de la reunión del Consejo Europeo del 7 de octubre, y para informar sobre las medidas económicas y sociales adoptadas por el Gobierno para dar respuesta a la crisis provocada por la guerra en Ucrania, según recogía el escrito registrado en la Cámara baja. Era una oportunidad para desplegar el argumentario de Ferraz, basado en contraponer «dos formas distintas de gobernar y gestionar una crisis» y poner en valor las recetas socialistas frente a las que los populares pusieron en práctica durante los gobiernos de Mariano Rajoy.
En el PSOE consideran que Sánchez ganó el anterior cara a cara con Feijóo en el Senado y pretendían aprovechar el impulso del acuerdo con Unidas Podemos en las Cuentas públicas. Pero desde el lunes el escenario es diferente, y Ejecutivo y oposición son conscientes de que deben entenderse en la renovación del Poder Judicial para no erosionar más la imagen de la justicia en España y, de cara a los ciudadanos, la suya propia.
La crisis del CGPJ
María Eugenia Alonso | Lourdes Pérez
Paula De las Heras María Eugenia Alonso
María Eugenia Alonso Paula De las Heras
No se descarta que la cuestión acapare el debate, pero se prevé que, inicialmente, Sánchez saque a relucir asuntos como la reforma fiscal anunciada, las ayudas sociales, el plan de ahorro energético y las líneas maestras de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), cuyo proyecto de ley se presentó la semana pasada.
La estrategia responde a la preocupación creciente que reina en Ferraz donde, desde antes del verano y a tenor de las últimas encuestas, creen que «no se están explicando bien las medidas sociales y económicas a los ciudadanos». Sobre este aspecto, Sánchez aseguró este miércoles a un grupo de periodistas durante la recepción en el Palacio Real que el objetivo actual del Gobierno es aprobar las Cuentas Públicas y que «las encuestas se verán cuando llegue el momento, y cuando llegue le daremos la vuelta a la tortilla». «Pensar en mayo con todo lo que tenemos por delante... Voy a jugar el partido hasta el último segundo. Este Gobierno se ha enfrentado a situaciones inéditas y estamos dando una respuesta progresista que va a ser reconocida por los ciudadanos», añadió.
En el bando de la oposición, las dos comparecencias de Sánchez tampoco llegan en el momento más oportuno. En Génova creen que el bloqueo en el CGPJtambién podría salpicarles y «erosionar» la imagen que Alberto Núñez Feijóo pretende mostrar de hombre de Estado desde que sustituyó a Pablo Casado en la planta noble de Génova. Además, el protocolo en el Senado permite al presidente disponer del tiempo que crea conveniente, lo que restará de nuevo protagonismo al líder gallego, con intervención limitado y que no cuenta con escaño en el Congreso, pero sí asiento en la Cámara alta.
Esta cuestión ya suscitó polémica el pasado 6 de septiembre, cuando Sánchez compareció en el Senado para dar cuenta de las medidas contenidas en el plan de ahorro energético del Ejecutivo. Las críticas llegaron sobre todo desde el PPpor dos motivos: la larga extensión de la contestación del presidente a Feijóo –más de 45 minutos de réplica y 20 en la intervención final– y el hecho de que Sánchez respondiera de modo individual al líder del PP mientras que al resto lo hiciera de forma conjunta.
En la última reunión de la Junta de Portavoces del Senado se volvió a abordar este asunto, pero se decidió que el modo en que Sánchez decida responder es competencia exclusiva del presidente, que además no tiene limitación alguna de tiempo para contestar.
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