Mercedes Gallego
Enviada especial a Cupertino
Viernes, 23 de julio 2021
¿La cena? «Descárguese la aplicación de Doordash y se la traen al lobby». ¿Un taxi? «Pida un Uber». En Palo Alto tu vida está en el móvil. O sea, en manos de Apple, que inventó el primer teléfono inteligente y tiene un 65% del ... mercado estadounidense. Tim Cook es el amo, el que recibió ayer al presidente del Gobierno marcando las reglas, como corresponde al consejero delegado de la compañía tecnológica más grande del mundo, capaz de facturar en un año casi tanto como toda la economía española en un trimestre.
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Pedro Sánchez llegó cerca de las 11 de la mañana hora local al impresionante anillo de Cupertino (California), diseñado por el arquitecto Norman Foster, que alberga en su centro un impresionante parque de 71 hectáreas -en comparación el parque del Retiro madrileño tiene 125-. La comitiva no podía tener más de diez personas y a sus acompañantes no se les permitió ni tomar un selfi. «Los secretos de Apple se guardan bajo muchas llaves», entendió Moncloa.
«Valió la pena. Fue una reunión muy productiva», tuiteó el presidente. A Sánchez no le interesan los teléfonos de la empresa, ni siquiera busca que esta monte una planta en nuestro país, pero sí la producción de contenidos a la que se dedica Apple TV. En la guerra del 'streaming', Apple quiere competir con Netflix, Disney HBO y Amazon. Para eso se ha armado con series de Steven Spielberg, documentales de Sundance y películas de Tom Hanks, tras haber invertido mil millones. El presidente del Gobierno sabe, después de reunirse el jueves en Los Ángeles con los ejecutivos de la Motion Pictures Association, Universal, Sony y Netflix, entre otros gigantes de Hollywood, que estas empresas no necesitan dinero público, sino certidumbre legal, incentivos fiscales y una atención directa del Estado para engrasarles el camino.
Sánchez se la dio en los mismos estudios de Universal en los que Hitchcoock rodase sus grandes obras. Antes ya había hablado por videoconferencia con algunos de los altos ejecutivos que asistieron al selecto cóctel regado de queso y jamón, donde muchos coincidieron en que la sociedad audiovisual con España es beneficiosa para las dos partes.
El presidente quiere convertir a España en «el Hollywood de Europa», convencido de que el país tiene algunos de los escenarios visuales más atractivos para rodajes, y a sabiendas de que el 'brexit' ha dejado a muchas empresas huérfanas en Europa. Pero estos no son ya los tiempos de los spaghetti western para los que bastaba con el desierto de Almería o los riscos de Huesca. Lo que quieren los ejecutivos de la industria es un país en el que cuenten con personal cualificado para sus producciones y empresas que les hagan la posproducción.
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Al Gobierno le piden formación y agilidad en la expedición de visados, por lo que el Ejecutivo dedicará 4.200 millones de los fondos que recibirá de la UE al Plan 'España: Hub Audiovisual de Europa'. Eso servirá para mejorar la capacidad digital y tecnológica, incluyendo expandir la controvertida red de 5G, y crear un portal en el que las empresas extranjeras puedan resolver rápidamente sus problemas para rodar en España. «Os esperamos en Madrid», se despidió.
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