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El cese de Diego Pérez de los Cobos no solo se coló hoy en el pleno del Congreso de los Diputados sobre la ampliación del estado de alarma sino que fue uno de los temas recurrentes a lo largo de toda la sesión de ... control. En realidad, la polémica destitución, avivada desde el martes por el documento confidencial de Interior que confirma que el coronel fue fulminado por no informar al Gobierno de la investigación sobre el 8-M, lo inundó casi todo en el hemiciclo hoy.
Tanto fue así, que el propio presidente del Gobierno, que había prometido no entrar a las provocaciones de la oposición sobre la polémica destitución, finalmente entró al trapo y aseguró que los ataques a Fernando Grande-Marlaska en realidad no vienen por la remoción del coronel sino porque el ministro está «colaborando con la Justicia para acabar con la policía patriótica«.
«Puedo garantizar una cosa a los españoles y es que mientras gobierne el PSOE y Unidas Podemos, con este gobierno no se va a producir nunca, nunca, nunca una mal llamada policía patriótica«, prometió Pedro Sánchez haciendo referencia a la camarilla policial creada en el seno del Ministerio del Interior en la época en que éste estaba dirigido por el popular Jorge Fernández y que se dedicó a investigar a rivales políticos y a mover falsos documentos policiales contra el independentismo catalán.
«Por más que busquen no van a encontrar un destacamento de policías con equipo y sede propia destinado a defender las actividades de un partido y desprestigiar a los adversarios políticos», le dijo el jefe del Ejecutivo al líder del PP, cuando éste le acusó del «purgar» a Pérez de los Cobos por negarse a facilitar a Grande-Marlaska los datos sobre la investigación del 8-M y la propagación de la Covid-19. «No ha habido ni habrá una intromisión en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», se defendió Pedro Sánchez, cuando Pablo Casado insistió en las supuestas injerencias del Gobierno en la controvertida investigación sobre las autorizaciones para celebrar la manifestación feminista y otros actos multitudinarios ese fin de semana.
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«¿Nos puede explicar por qué ha purgado usted a un coronel intachable por negarse a cometer una ilegalidad filtrando un informe en el que se investiga la posible responsabilidad penal de su Gobierno el 8 de marzo?«, preguntó Casado, para añadir que eso puede »constituir un delito de inducción a la revelación de secretos, otro de obstrucción a la Justicia y otro de prevaricación«.
La omnipresencia de Pérez de los Cobos en el Congreso llegó al punto de que Pablo Casado, sobre la marcha, cambió su pregunta a Sánchez sobre la destrucción de empleo para volver sobre la destitución del mando de la Guardia Civil y volver a acusar al presidente de «agredir a la independencia judicial y a la separación de poderes». «Ya no hay parapolicías que oculten las vergüenzas y las corrupciones del PP», volvió a la carga el jefe del Ejecutivo con la «policía patriótica».
La portavoz popular, Cayetana Álvarez de Toledo, o los diputados del PP Teodoro García Egea y Ana María Beltrán también arremetieron contra el Gobierno a cuenta del cese del coronel, aunque sus preguntas nada tenían que ver con la destitución ni iban dirigidas al titular de Interior.
Las arremetidas al Ejecutivo también vinieron desde el diputado de Vox Javier Ortega Smith, que acusó al ministro de Justicia de permitir las «injerencias» de Marlaska.
Todo fue un aperitivo antes de la intervención del ministro del Interior, que se enfrentó en primera persona a las preguntas y embestidas de PP, Vox y Ciudadanos, además de una interpelación urgente. «Ni este ministro ni nadie de su equipo pidió el informe de la Guardia Civil» , volvió para asegurar por enésima vez Grande Marlaska quien insistió en la que es ahora su última versión: Interior solo contactó con Pérez de los Cobos para pedirle explicaciones sobre la filtración de un informe de la causa del 8-M.
El titular de Interior, que aseguró que no iba a dimitir porque no ha cometido ninguna «ilegalidad», reiteró sus otros argumentos ya conocidos: que la salida del coronel es parte de una remodelación ya prevista y que tiene todo el derecho de cesarle porque el suyo en la comandancia de Madrid es un puesto de libre disposición.
Sus explicaciones no convencieron a la oposición, que se deshizo en insultos: «Cobarde», «inmoral», «aprendiz de esbirro», «tramposo», «déspota», «mentiroso»… El asunto de Pérez de los Cobos fue capaz de elevar todavía más la tensión en una sesión que ya era de altísimo voltaje.
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