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Pedro Sánchez puso una nota de sobresaliente a su primer año de Gobierno en coalición. Hizo un balance triunfal de su gestión, descartó hacer cambios en el Consejo de Ministros y garantizó que la alianza con Pablo Iglesias durará hasta que culmine la legislatura ... en 2023.
Aunque los ministros socialistas muestran en privado (no en público) una preocupación creciente por los enfrentamientos con sus colegas de Unidas Podemos, para Sánchez no hay motivos para la intranquilidad. La coalición, dijo este martes en el balance de fin de año en la Moncloa, goza de buena salud y «tiene por delante una legislatura larga y fructífera».
Sin esconder que las opiniones en el Ejecutivo son muchas veces opuestas, para el presidente no hay alas ni facciones, «no hay ministros socialistas ni ministros de Unidas Podemos, todos son ministros del Gobierno de España». Hay debate, pero lo relevante es lo que se aprueba. Lo demás, vino a decir, es un tema menor y zanjó: «Hay muchas voces, pero una única palabra, la que se materializa en el Boletín Oficial del Estado».
Un ejemplo, el salario mínimo. El Consejo de Ministros lo prorrogó ayer. Sánchez apuntó a que el próximo año no habrá subida de los 950 euros mensuales. Ni siquiera el incremento del 0,9% que tendrán las pensiones y el sueldo de los empleados públicos. Y así será a pesar de las presiones de los morados, con la ministra de Trabajo en primera línea, y las centrales sindicales CCOO y UGT.
La misma suerte correrán las pensiones, el siguiente debate de calado, y en el que los de Iglesias se oponen a la ampliación del periodo de cotización que defiende el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá con el apoyo de la vicepresidenta Nadia Calviño. Sánchez evitó ayer bajar a la arena del debate, pero recordó que la sostenibilidad del sistema de pensiones es una exigencia de la Comisión Europea y una obligación para su Gobierno porque es «la clave de bóveda del estado de bienestar».
Todo esto, prosiguió el presidente, es parte del día a día del Gobierno de coalición, que a lo largo de este año ha tenido «aciertos y errores», pero que necesita acumular «experiencia para seguir engrasando» su funcionamiento. Y otra cosa no tendrá el Gobierno, pero una vez aprobados los Presupuestos tiene tiempo, hasta 2023, y lo encara «con ánimo de perdurar en el tiempo».
Sánchez no se plantea imprimir ahora un giro centrista a su Gobierno, como han sugerido algunas voces socialistas, ni tampoco una remodelación de su gabinete. La labor de los ministros ha sido y es «muy sobresaliente», apuntó para derrumbar las hipótesis y los rumores de crisis. El Gobierno, remató, sale «más fuerte y unido» de su primer año de cohabitación.
Si su valoración de la coalición fue inmaculada, reconoció que sus relaciones con la oposición tienen borrones. Aceptó que debía entonar el «mea culpa» por no haber sido capaz de forjar acuerdos con el PP para afrontar la pandemia ni para renovar los órganos constitucionales, sobre todo el Consejo General del Poder Judicial. Ha sido, admitió, el único «pero».
Pero fue un reconocimiento con la boca pequeña porque el verdadero responsable, a su entender, de la falta de consenso es Pablo Casado y su partido, a los que acusó de inventarse «conspiraciones fantasmales y lunáticas», y alentar «problemas imaginarios» para dibujar «un panorama apocalíptico» de rupturas de España por culpa de un Gobierno «social-comunista, bolivariano y judeo-masónico».
Sánchez se comprometió a poner de su parte lo necesario para revertir en 2021 «esta dinámica» de enfrentamiento. Aunque alertó de que «dos no bailan si uno no quiere».
Como un consejero delegado ante la junta de accionistas, Pedro Sánchez desgranó durante una hora larga el balance de cumplimientos de los compromisos contraídos por su Gobierno. Precisó que adquirió 1.239, de los que ha materializado el 23,4% en el primer año de la legislatura.
Hizo un resumen «largo y prolijo» del informe 'Cumpliendo', que detalla los compromisos contraídos por el Ejecutivo. Un informe elaborado por el Departamento de Planificación y Seguimiento de la Actividad Gubernamental del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, que dirige Iván Redondo, jefe de gabinete de Sánchez, y supervisado por un grupo de nueve expertos independientes que ha avalado la metodología empleada. «Es –presumió el presidente– el primer informe de rendición de cuentas en la historia de nuestro país» por parte de un jefe del Ejecutivo. «No es –abundó– el recuento de los logros de un gobierno, es una radiografía» de la acción gubernamental.
El documento señala que Sánchez ha cumplido en el primer año de su mandato casi la cuarta parte de los compromisos adquiridos, y la previsión es que en el primer semestre de 2021 se alcance el 32,6%, casi un tercio. El estudio resalta que además de los cumplimientos, ya se trabaja para satisfacer el 90,9% de las promesas.
Desgrana que en el acuerdo de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos se detallaron 428 compromisos y en doce meses ya se han hecho realidad el 20,3%. En el debate de investidura, Pedro Sánchez comprometió su palabra en 239 asuntos, y el 23,8% ya se han materializado. Ha sido clave, según el informe, la aprobación de los Presupuestos porque ha permitido poner en marcha la tercera parte del total de los compromisos.
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