Casado ratifica su no definitivo a la investidura e insta al PSOE a buscar alternativas

Casado reconoció que parte de la «opinión pública» espera un movimiento del PP. Y trasladó su incomprensión por el planteamiento, aunque el debate haya existido en sus propias filas. Tal y como lo ve, Sánchez podría gobernar con los apoyos de los partidos de la izquierda, los regionalistas y la abstención de Ciudadanos o explorar el respaldo de Podemos y los liberales, pese al fracaso de esta última fórmula en 2016. No sería necesario pactar con Esquerra y en ningún escenario entrarían los populares.

«¿Por qué ese intento de poner al PP en esta responsabilidad que Sánchez no pide, que nosotros hemos dicho que no íbamos a hacer y que no es necesaria?», insistió Casado en rueda de prensa en el Congreso. Lo único que cree oportuno es que los populares muestren su disposición a llegar a acuerdos en asuntos de Estado a lo largo de la legislatura. Y esa fue una reflexión que puso sobre la mesa en la cita de este lunes.

El líder del PP aseguró que durante el encuentro, de apenas 40 minutos, Sánchez no le pidió nada más que su abstención para facilitar un Ejecutivo con Podemos. En realidad, sólo los votos «necesarios», según fuentes populares, para suplir los trece diputados de Esquerra. Hasta en cinco ocasiones, dicen, el candidato del PSOE reiteró que esa era su única solicitud a los populares y la impresión del partido es que bajo ningún concepto podrá romper con Iglesias, que eso no podría explicarlo en público ni a sus bases.

Pero lo que reclama al PP es, según Casado, como si él mismo buscara la colaboración del PSOE para un Gobierno con Vox. Una vía sin recorrido. La sola idea de respaldar la fórmula de coalición con Podemos sería, según el presidente de los populares, un «suicidio» para su partido, además de «letal» para España. Y dejó claro que su papel es ejercer desde ya la oposición.

La supuesta gravedad del pacto, sin embargo, es lo que, según aquellos que en el PP se inclinan por desempeñar algún papel en el desbloqueo, debería alentar a los populares. Esas voces internas coinciden plenamente en el rechazo al Ejecutivo Sánchez-Iglesias, pero creen conveniente que Casado dé una respuesta a la situación. Otros sostienen que un gesto desligaría al partido de la responsabilidad de la parálisis. «Si Sánchez entonces nos rechaza -explican-, que sea él quien lo haga».

Pero el líder de los populares descarta abrir esa puerta al diálogo previo a la investidura, porque no acepta la táctica ni es su posición. «Yo no sé jugar de farol», replicó. Y desacreditó, en la misma reflexión, la ecuación a tres que defiende Inés Arrimadas con PP, PSOE y Ciudadanos: «Es probablemente una propuesta para contestarles a ustedes».

La gestualidad previa al encuentro, la frialdad en el saludo, ya había hecho presagiar que se confirmarían los vaticinios y que «nada» saldría, como anticipó Casado, de la cita. Fuentes populates apuntan que lo contrario, caminar hacia una investidura de Sánchez, no lo entenderían muchos simpatizantes del partido.