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La llegada al Congreso de Teruel Existe el pasado 10-N ejemplificó que Madrid está cada vez más cerca de la periferia peninsular y viceversa. La Cámara Baja nunca había contado con la representación de tantos partidos regionalistas y nacionalistas en toda la historia de ... la democracia española. En total, en las últimas elecciones estos sumaron 40 escaños, cuatro más que en los anteriores comicios. Todo gracias a la irrupción de la agrupación de electores turulense, con un diputado conseguido con 19.696 votos; el regreso del Bloque Nacionalista Galego (BNG), con otro asiento; o el debut en las generales de la CUP, que hasta entonces solo había concurrido a las autonómicas catalanas y a las locales, con dos diputados. También repiten Compromís, que revalida en el parlamento a Joan Baldoví ahora bajo la marca Més Compromís (integrada en la coalición Más País de Íñigo Errejón), ERC, PNV, JxCat, Bildu, Coalición Canaria y el PRC. Y a punto estuvieron de ser 41, de no ser porque Coalición por Melilla se quedó a escasos 180 votos de superar al Partido Popular en la ciudad autónoma.
Un fenómeno que resumió de forma sencilla el pasado 28 de abril José María Mazón, diputado del Partido Regionalista de Cantabria y el único no socialista que apoyó la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno en julio. «La gente ha comprendido que tener al partido en Madrid es un bien para todos», dijo al confirmar su debut en el Congreso. Lo reafirmó el pasado 10-N Tomás Guitarte, el primer parlamentario de Teruel Existe, provincia que ha perdido el 9% de sus habitantes en la última década, «frente al centralismo, ¡teruelismo!». Los primeros presumen de haber arrancado la promesa de un tren de alta velocidad para Cantabria, los segundos hablan de «poner sobre la mesa mejoras» para su territorio.
ERC 13
JxCat 8
PNV 6
Bildu 5
Coalición Canaria 2
CUP 2
BNG 1
Compromís (Más País) 1
PRC 1
Teruel Existe 1
Pero la teoría del 'voto útil' –o, para algunos, la del 'barrer para casa'– no basta para explicar un sentimiento territorial que existía previamente pero que estuvo dormido durante las mayorías absolutas de PSOE y PP. A lo largo de los años 90, los escaños regionalistas y nacionalistas no pasaban de 32, y en 2008, con la revalidación de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, bajaron a mínimos históricos: 24. Los expertos afirman que el repunte actual se debe a situaciones políticas «más vivas en el debate nacional» como el auge de Vox o el conflicto soberanista en Cataluña. «Estas cuestiones han provocado una crisis de representación de los partidos mayoritarios. España siempre ha sido un estado heterogéneo, pero eso no se reflejaba en el voto, ahora sí. Se ve extraño que unos señores de Teruel formen un partido, cuando no es algo nuevo, la España vacía es normal que se refleje en política. Es una obviedad que los partidos defiendan sus intereses territoriales», explica el politólogo y profesor de la Universitat Oberta de Catalunya Iván Serrano.
Esta «crisis del bipartidismo» en su faceta más centralista también afecta a la gobernabilidad del estado. Además de frenar la consecución de mayorías absolutas, pone en valor los escaños nacionalistas y regionalistas a la hora de negociar leyes o investir presidentes. Quedó difuminada el pasado verano con la ruptura de negociaciones entre Unidas Podemos y PSOE, pero ha pasado a primer plano tras el 10-N con la dependencia del secretario general socialista, Pedro Sánchez, de la abstención o el apoyo de partidos como PNV, BNG, CC y, sobre todo, de los 13 diputados soberanistas de ERC, para llegar a la Moncloa.
1997 25
1979 29
1982 24
1986 35
1989 37
1993 32
1996 32
2000 32
2004 32
2008 24
2011 36
2015 26
2016 31
2019 (28-A) 36
2019 (10-N) 40
«Estoy convencido de que los grandes protagonistas del bipartidismo están deseando que este vuelva, porque lo que no es bipartidismo les molesta, les genera problemas para organizarse o pactar», comenta a este periódico el diputado del PNV Joseba Agirretxea, presente en el Congreso desde 2008. Él comparte la opinión de que la pluralidad regionalista «ha existido siempre pero estaba integrada en el PSOEy PP, ahora está eclosionando con la crisis política».
Con 16 partidos distintos en el Congreso, la cifra más alta de los parlamentos de los grandes países de la Unión Europea -seguido del de Países Bajos, con 15-, el día a día de los diputados no será sencillo. «Va a tocar negociar mucho, más allá del AVE hay otras inversiones que nos pueden unir a muchos, como la salud o las pensiones», reconoce el diputado del PSOE Felipe Sicilia. El parlamentario considera que entre estas formaciones existe«algo de egoísmo», y cree que se trata de un fenómeno que «se moderará».
Otros partidos regionalistas históricos que cuyos diputados han desfilado por el Congreso desde 1977, aunque ahora no cuentan con representación, son el Partido Andalucista, la Chunta Aragonesista, la escisión asturiana del PP Foro Asturias, Unió Valenciana, Amaiur o Geroa Bai (anteriormente denominado Nafarroa Bai) y otros pequeños partidos canarios o gallegos que acabaron intengrandose en Coalición Canaria o en el BNG.
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