Recuperar confianza e inversión, los retos para la economía catalana

Pero los expertos coinciden en que el principal desafío es «concentrar todos los esfuerzos en la recuperación de la crisis de la covid». Así lo explica Raymond Torres a este periódico, director de Coyuntura Internacional de Funcas: «Se trata de desplegar nuevos dispositivos para limitar la pérdida de tejido productivo y evitar que los ERTE desemboquen en más paro», asegura.

Por tanto, algunos de los retos de la economía catalana son compartidos con los del resto del país porque todas las comunidades autónomas se han visto golpeadas en mayor o menor medida por la crisis que ha provocado la pandemia. Aunque según precisa José Carlos Sánchez de la Vega, director técnico del Informe de la Competitividad Regional en España que edita el CGE, a la vista de los datos de PIB del Banco de España «Cataluña ha sido más golpeada por la crisis». Por este motivo, el experto plantea que el primer reto del nuevo Ejecutivo será lograr «reactivar» la economía.

También, como el resto de autonomías, quien a partir de ahora rija los destinos de la Generalitat habrá de presentar proyectos dinamizadores, atractivos y en línea con las líneas estratégicas de la Unión Europea, para sacar frutos del fondo de recuperación comunitario. «Deberá llevar a cabo reformas organizativas y se necesitará más cooperación entre la administración catalana, las empresas y el mundo del trabajo», afirma Torres.

A partir de ahí, el nuevo Govern deberá hacer frente a los problemas concretos de Cataluña. El fundamental que plantea Sánchez de la Vega será la recuperación de la confianza en el sistema institucional, así como de la estabilidad y, como consecuencia, del atractivo como destino inversor que siempre ha tenido la región. En su opinión, más que plantearse adoptar una política fiscal, laboral o social concreta, para reparar la economía ha de producirse una renovación del consenso entre partidos: «Lo primordial es que se supere el frentismo», asegura. De esta manera, puede ponerse freno a la atonía que sufre en términos de competitividad y de llegada de inversiones extranjeras.

José Miguel Tabarés, vicedecano y portavoz del Colegio de Registradores, con respecto a las más de 7.000 empresas que desde 2017 han decidido cambiar su sede social fuera de Cataluña, afirma que el reto no ha de ser el de revertir ese proceso, sino el de favorecer la creación de empresas y actividad nueva, lo que redundará en una mejora de los ingresos fiscales. Aunque, para que se frene la salida de empresas del registro mercantil catalán habrían de desaparecer las circunstancias que la han provocado: incertidumbre y desasosiego políticos.

Y en cuanto a los retos específicos por la complejidad de la economía catalana, Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, explica que lo primordial es mejorar la eficiencia en el uso de los recursos públicos para poder destinar más a la formación de los desempleados de larga duración. Las políticas activas de empleo serán «fundamentales» para ayudar a «reconducir» a las personas que no puedan encontrar trabajo en la hostelería o el turismo a corto plazo, pero sí en otros sectores que ya se están recuperando. Además, esta eficiencia del gasto público también ayudaría a reducir el gran volumen de deuda autonómica (72.000 millones, el 35,9% de su PIB), y reducir la carga fiscal de las familias.

Una carga fiscal que desde algunos partidos (como ERC) piden que se armonice con el resto de España. En concreto, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, pidió al presidente Pedro Sánchez que se eliminara el «paraíso fiscal» de Madrid como condición para apoyar los Presupuestos Generales de 2021.