Las conclusiones de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso amenazan con hacer saltar por los aires la mayoría de fuerzas de izquierda y nacionalistas que aupó a Pedro Sánchez a la Moncloa en enero. El entendimiento de los socialistas con Ciudadanos ... y el acercamiento al PP han encendido las alarmas de Esquerra, EH Bildu e, incluso, de Unidas Podemos. Esos gestos «nos alejan a nosotros», advirtió el portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián.
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Los borradores que han presentado por un lado el PSOE y Unidas Podemos, y el PP y Ciudadanos, por otro, tienen una redacción genérica y pensada para pactar. Así lo reconocieron en las cuatro formaciones, que confían en poder consensuar un documento el próximo 3 de julio. Hasta los populares, los más reticentes a los acuerdos con el Gobierno, consideran que hay mimbres para el entendimiento, si no en todo, sí en algunos capítulos, como los sanitarios.
Este nuevo panorama, inimaginable hace solo una semana, amenaza con movimientos telúricos en la llamada mayoría de la investidura, sobre todo por el flanco de Esquerra Republicana, cuya abstención fue determinante para que Sánchez se convirtiera en presidente de Gobierno. Pactar con «la derecha» es «incompatible» con la presencia en el consenso de «la izquierda», alertó este jueves Rufián.
También la portavoz de EH Bildu, partido que también se abstuvo en la investidura, avisó al Gobierno de que por ese camino no podrá contar con el apoyo de sus seis diputados. Mertxe Aizpurua señaló que pactar «con la derecha» excluye a su formación. «Así no», resumió.
El distanciamiento se pudo comprobar este jueves con el decreto de nueva normalidad. ERC y EH Bildu votaron en contra, no tanto por las medida en sí como por el apoyo de PP y Ciudadanos.
Sus quejas fueron recibidas con alborozo en el partido naranja. Su portavoz, Edmundo Bal, se mostró satisfecho por esa crisis entre los socios de Pedro Sánchez: «No podemos dejar los Presupuestos en manos de Esquerra y Bildu». La alusión a las cuentas públicas del próximo año no fue gratuita porque si bien las conclusiones de la Comisión de Reconstrucción es la tarea más inmediata, el Gobierno se juega la continuidad de la legislatura en la aprobación de los Presupuestos del Estado. Un objetivo que en la Moncloa empiezan a ver más factible con Ciudadanos que con Esquerra.
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El principal temor de los aliados gubernamentales radica en que la nueva sintonía del Gobierno con la oposición traiga aparejada una política de recortes del gasto en unos Presupuestos, como dijo Rufián, «restrictivos» aunque vengan envueltos en palabras amables como «consenso» y «emergencia».
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Una preocupación que también existe en Unidas Podemos. Pablo Iglesias ya señaló en una entrevista con este periódico que no aceptaría recortes impuestos por Bruselas a cambio de los fondos de reconstrucción. Pero por el momento, los morados no han exteriorizado esos temores.
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En el fondo del debate está la convicción de Sánchez de que necesita ampliar su espectro de apoyos. «Hay que ensanchar espacios para que podamos caber todos en esa empresa común», afirmó este jueves el ministro José Luis Ábalos en un encuentro digital organizado por Thinking Heads.
El también secretario de Organización del PSOE comentó que «no hay ninguna cuestión sectaria» en la búsqueda de respaldos más allá de los socios de la investidura. «Todos sabemos -avisó- cuándo toca y cuándo hay que contemporizar. No hay ningún problema, bienvenidos todos los apoyos».
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