Puigdemont presiona para que Laura Borràs sea la presidenta del Parlament

ERC, Junts y la CUP celebraron ayer la primera reunión tripartita y acabó sin acuerdo. Tienen hasta el viernes por la mañana para pactar la presidencia de la Cámara catalana y la configuración de la mesa del hemiciclo. Se apunta, que por primera vez podría entrar la CUP. Si no llegan a un acuerdo, podría ocurrir que Eva Granados, del PSC, acabara presidiendo el hemiciclo. La CUP ha llamado esta mañana a los independentistas a evitarlo porque a su juicio la dirigente socialista representa al Tribunal Constitucional. Esquerra quiere ir más allá y pretende cerrar el pacto del Govern para este viernes. Aunque Puigdemont ha señalado que queda mucho tiempo hasta la votación de investidura (26 de marzo) y las «prisas no son buenas». El gobierno tiene que ser «sólido», ha dicho. De cara a la próxima legislatura, Puigdemont ha confirmado algo que ya se daba por hecho cuando se presentó en la candidatura de Junts a las elecciones del 14-F: no tomará posesión como diputado porque para ello debería renunciar a su acta de europarlamentario. Esta misma mañana ha formalizado su renuncia. Previsiblemente le sustituirá Josep Costa, quien también podría optar a la presidencia de la Cámara.

Puigdemont ha presionado esta mañana en clave interna de partido y también a Esquerra Republicana, a quien ha vuelto a afear su pacto con Pedro Sánchez para dar estabilidad a la gobernabilidad. El expresidente de la Generalitat ha criticado que Sánchez cuente con el apoyo «incondicional» de un partido catalán (ERC) que le permite hacer «todo lo que está haciendo». Y ese todo, para los independentistas quiere decir votar a favor de levantar la inmunidad de los tres eurodiputados y también que la Fiscalía recurra el tercer grado de los presos del 'procés'. «Pasar de la retórica vacía a los hechos es aplicable al Gobierno y también a los partidos catalanes», ha afirmado, el día después de Gabriel Rufián abriera la puerta en el Congreso a dejar de apoyar al Ejecutivo central.

Sobre la votación de la Eurocámara, Puigdemont ha vuelto a tratar de trasladar un mensaje optimista para los independentistas. «Perdimos la batalla parlamentaria, pero hemos ganado la batalla política», ha afirmado. Su estrategia, ha relatado, es ir «paso a paso». «Será la justicia belga, ha advertido, la que deberá decidir» sobre su extradición. Pero a su juicio, la cuestión no será inmediata, pues primero tiene que resolver el Tribunal de Justicia de la UE ha planteado una cuestión prejudicial. Puigdemont confía en que el tribunal de Luxemburgo «restaure» el «mal» que a su entender ha hecho el Parlamento Europeo y la «democracia europea». A su entender, están logrando que triunfe su estrategia de internacionalizar el «conflicto catalán». «Queremos introducir en la agenda europea el caso catalán», ha advertido.