Una pancarta en la huelga estudiantil de esta semana contra la sentencia del 25% en español. ep

La pugna en el secesionismo deja en el aire el pacto lingüístico

El Govern confía en que los cambios legislativos le sirvan para sortear la sentencia que le obliga a impartir el 25% de las clases en castellano

cristian reino

Barcelona

Sábado, 26 de marzo 2022, 00:06

La guerra entre ERC y Junts, formaciones independentistas que son socias de gobierno en Cataluña, depara casi un incendio por semana. Después de la crisis provocada por Gabriel Rufián, que cargó contra la supuesta conexión rusa de Puigdemont, el choque se ha producido ahora como ... consecuencia de la defensa del catalán en la escuela.

Publicidad

PSC, ERC, Junts y En Comú Podem presentaron el jueves pasado, con muy poca pompa, un acuerdo para reformar el modelo de inmersión, con el que el Govern trata de esquivar la sentencia que le obliga a impartir el 25% de las clases en castellano. En el último día de plazo dado por la justicia para cumplir el fallo, la Generalitat comunicó ayer al TSJC que ha aprobado un decreto que establecerá que el catalán y el castellano «estarán contemplados» en los proyectos lingüísticos de los centros y que ha impulsado una propuesta de reforma de la ley de política lingüística de 1998. Esta modificación legal reconoce por primera vez al español como lengua docente en Cataluña, aunque no establece porcentajes como exige el TSJC.

Está por ver si al Govern le sirve para pasar el corte de la justicia. Pero de entrada, los cambios legales ya han provocado un terremoto en el independentismo. Solo que la ley abra la puerta a que se institucionalice la presencia del español en las aulas como lengua de enseñanza, a pesar de que el catalán seguirá siendo el centro de gravedad, es visto por los sectores más reaccionarios del nacionalismo como una traición al catalán y como una rendición ante la justicia. Esos mismos sectores pidieron la cabeza del consejero catalán de Educación, de ERC, cuando admitió, a raíz de la polémica de Canet o en centros similares, que no podía hacer nada más que acatar las sentencias. Pero aquellos eran casos puntuales y el fallo judicial del TSJC afecta a todo el sistema educativo.

La ANC, el Consejo para la República y el expresidente Torra presionaron a Junts y la formación soberanista dejó en suspenso su apoyo a la ley. La reculada de los de Puigdemont ha abierto un nuevo cisma en el independentismo. ERC, que se mantiene en el acuerdo junto a los socialistas y los comunes, cargó contra sus socios postconvergentes, a los que acusa de irresponsables por «dinamitar» el acuerdo. Junts aboga por buscar un nuevo acuerdo. Y pone como argumento para desmarcarse el «rechazo» que a su juicio ha generado la iniciativa entre las entidades defensoras de la lengua y la comunidad educativa. Òmnium Cultural, en cambio, evitó ayer criticar el acuerdo.

La frase

  • Pere Aragonès «Cuento con que los 4 grupos parlamentarios que han impulsado este acuerdo continuarán dándole apoyo, como no puede ser de otro modo»

En Junts hay una guerra civil. Dirigentes como Jordi Sànchez o Albert Batet, que han intervenido en la negociación del cambio de la ley, apuestan por una vía pragmática. Puigdemont, Torra y el grupo de afines a Borràs mantienen la retórica rupturista. La presión de las bases y de las redes sociales, como en octubre de 2017, llevó a los postconvergentes a desmarcarse. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, advirtió ayer a Junts. «Cuento con que los cuatro grupos parlamentarios que han impulsado con mucha responsabilidad este acuerdo continuarán dándole apoyo, como no puede ser de otro modo», dijo en Tarragona.

Publicidad

El Govern destaca de la ley propuesta su transversalidad, pues incluye a formaciones no independentistas como el PSC y En Comú Podem en la defensa de la escuela en catalán, y confía en que la participación de los socialistas y los comunes sea un argumento de peso para el Gobierno para no pedir al TSJC una ejecución forzosa de la sentencia. Quien sí lo hará será la entidad bilingüista Escuela de Todos. «Ninguna modificación legislativa puede sustituir al cumplimiento efectivo de la sentencia», señaló.

El Govern asegura que el uso del español supera el 33% en la escuela

El Govern insiste en que una cuestión como la pedagógica no puede medirse en porcentajes, como le exige el TSJC, que le obliga a impartir el 25% de las clases en español. Sin embargo, la Generalitat, en la documentación que hizo ayer llegar al Tribunal de Justicia para explicarle cómo aplicará la sentencia a través de los cambios legislativos y normativos, adjuntó una encuesta elaborada recientemente por el Síndic de Greuges (el Defensor del Pueblo catalán) que sí habla de porcentajes. La Consejería de Educación afirma ante el TSJC que hay un «bajón» en el uso del catalán en la enseñanza.

Según ese sondeo, está en regresión en las escuelas e institutos por parte del alumnado. En la educación primaria, el catalán se usa en el 62,1% del tiempo escolar y el castellano, en el 33,1%. En la secundaria obligatoria, el catalán se emplea en el 60,6% del tiempo y el castellano, en el 32,9%, de acuerdo a la encuesta del Síndic. A simple vista, con estos datos en la mano, el Govern ya estaría cumpliendo la sentencia judicial del 25% de castellano que exige el TSJC. Pero las cifras tienen trampa.

El Síndic incluyó en el porcentaje tanto el tiempo del comedor como el del patio, de ahí que el español obtenga porcentajes tan altos, ya que es mayoritario fuera de las aulas. El fallo judicial obliga al Govern a impartir el 25% de las clases en castellano, lo que equivale, según los cálculos realizados por algún partido, a que los centros den una asignatura (matemáticas, música, historia...) en español y no todas en catalán como hasta ahora.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad