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Siete meses después de que comenzara el goteo de rebajas de las condenas a delincuentes sexuales, la tramitación en el Congreso de la reforma de la ley del 'solo sí es sí' encara su recta final con algunas incógnitas todavía por resolver. La Comisión de ... Justicia se reunirá el lunes para formar la ponencia que debata el texto y sus posibles modificaciones y está previsto que sea el martes cuando tenga lugar la votación relativa al dictamen, que en caso de salir aprobado se llevaría al Pleno del próximo 20 de abril. El PSOE confía en que ese día la mayoría de la Cámara baja respalde «punto por punto» su proposición pese a no tener amarrados a día de hoy los apoyos parlamentarios.
El voto de sus socios de Unidas Podemos, Esquerra Republicana de Catalunya y EH Bildu está abocado al 'no' después de que las conversaciones entre las dos alas del Gobierno lleven semanas congeladas y se hayan reducido a «contactos informales». Y el PP, que ha hecho del error jurídico de la ley de libertad sexual su principal bandera de oposición, avisó este martes a los socialistas que no deberían dar por descontado su apoyo.
Los populares exigen, al menos, una llamada para sentarse a discutir la posibilidad de retocar la propuesta socialista y subsanar «dos agujeros graves» que dicen haber encontrado relativos al tratamiento de menores o la difusión de imágenes a través de dispositivos móviles. A pesar de que hace días los conservadores aseguraban que la reforma presentada por el PSOE era «casi idéntica» a la que ellos habían registrado en diciembre, ahora aseguran haber detectado «errores» que «benefician a las manadas» y a los agresores sexuales y que la iniciativa socialista no proporciona la suficiente seguridad jurídica. «No contemplamos otro escenario más que el que nos llamen. Apelo a la responsabilidad y al sentido común del PSOE», aseveró la secretaria general y portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra.
En sus enmiendas, el primer partido de la oposición propone reforzar la «indemnidad sexual de los menores, así como volver a tipificar la «distribución o difusión pública a través de Internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología» contenidos específicamente destinados a promover, fomentar o incitar a la comisión de los delitos de agresiones sexuales cuando se trate de menores de 16 años. «Es una cuestión de rigor, de responsabilidad y de seguridad jurídica», subrayan en la dirección del PP.
En el PSOE se mostraron sorprendidos este martes con la exigencia de los de Alberto Núñez Feijóo a discutir, a través de sus enmiendas, correciones a su texto. Los socialistas se afanaron en contrargumentar la tesis de que su propuesta de reforma tiene «brechas» y aseguraron que la proposición que registraron en la Cámara baja es «rigurosa desde el punto de vista de la técnica».
La diputada socialista Isaura Leal, que sustituía al portavoz parlamentario, Patxi López, en la habitual rueda de prensa de los martes, dejó claro que su partido no ve factible modificar su proyecto, ni en el sentido que piden Unidas Podemos y los socios del llamado bloque de investidura ni tampoco en el que exige el PP. Leal reiteró que el texto presentado por su formación es el que «consigue de forma eficaz, integral e inequívoca» corregir los fallos de la ley y proteger a las víctimas «sin márgenes de error».
Las posturas de las dos alas del Gobierno siguen, a su vez, inamovibles. El PSOE propone mantener el abanico punitivo actual pero introducir un subtipo agravado tanto para la agresión como para la violación que hayan sido cometidas con violencia o intimidación. Unidas Podemos, Esquerra y EHBildu, sugieren que ambos casos se consideren agravantes para elevar las penas hasta un máximo de ocho años para la agresión y quince para la violación, por encima de la propuesta socialista.
Sobre las posiciones dentro del grupo confederal de Unidas Podemos, aún quedaban dudas este martes sobre si permanecerá unido en la votación de la semana que viene, sobre todo después de evidenciar cierta división tras el lanzamiento de la candidatura a la Moncloa de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Un evento al que asistieron los ministros Alberto Garzón (IU) y Joan Subirats (comunes) pero no Ione Belarra ni Irene Montero (números uno y dos de Podemos). Fuentes de la formación morada aseguran, sin embargo, que todas las partes «están en sintonía» respecto al voto sobre la propuesta del PSOE.
La propia Díaz, que evitó posicionarse sobre la reforma, aseguró tras el Consejo de Ministros que votará en el mismo sentido que su grupo. «Yo soy una demócrata y, por tanto, emitiré el voto que decida el grupo parlamentario al que pertenezco, lo suelo hacer –dijo– desde que estoy en la vida pública».
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