La cárcel de Lledoners concede un permiso de dos días a los 'Jordis'

Recientemente, Servicios Penitenciarios de la Generalitat, responsable de los penales de la administración autonómica catalana donde están presos los dirigentes secesionistas, acordó calificar a Cuixart y a Sànchez con el segundo grado penitenciario, que implica que cada preso tiene derecho a 36 días de permiso anuales, si ya ha cumplido el 25% de la pena.

Es el caso de los 'Jordis', que ahora están pendientes de que la decisión de la Junta de Lledoners sea ratificada o no por el Servicio de Clasificación de la Secretaría de Medidas Penales del Departamento de Justicia de la Generalitat para poder salir fuera de la prisión. El trámite administrativo puede durar un par de días.

Los 'Jordis' ingresaron en prisión el 16 de octubre de 2017 por orden de la juez del Tribunal Supremo, Carmen Lamela. Estuvieron dos años en prisión preventiva, hasta la sentencia del Supremo, que les condenó por un delito de sedición. En principio, según han apuntado fuentes de la Consejería de Justicia de la Generalitat, no se dará a conocer qué días salen de prisión de permiso para «proteger su intimidad».

Tras los 'Jordis', que ya pueden solicitar los permisos, el resto de presos del 'procés' irán acogiéndose paulatinamente a los beneficios penitenciarios. Oriol Junqueras, condenado a 13 años, podrá acceder a ellos a partir del 30 de enero de 2021. Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bassa deberán esperar un poco más, hasta el 16 de febrero de 2021, porque llevan menos tiempo en prisión, igual que Carme Forcadell (2 de febrero de 2021).

Joaquim Forn (16 de junio de 2020) y Josep Rull (2 de octubre de 2020) serán los próximos en solicitar sus permisos. En paralelo y una vez que ya tienen el segundo grado, también pueden acogerse a lo que dice el artículo 100.2 de la ley penitenciaria, que supone un régimen mixto entre el segundo y el tercer grado. De ahí que algunos estén buscando trabajo. Este es el régimen al que se acogió Oriol Pujol para poder salir de prisión durante las mañanas para ir a trabajar y regresar al penal a dormir.

Otra forma de flexibilizar el segundo grado es a través del artículo 117 de la ley penitenciaria, como Iñaki Urdangarin, muy similar al anterior. En estos supuestos, la decisión última recaería en un juez de vigilancia penitenciaria, a diferencia del tercer grado, cuya decisión última depende del Supremo.

En el caso de Dolors Bassa, estudia recurrir ante el juez su clasificación en segundo grado, aprobada la semana pasada por el Departamento de Justicia, para que se le conceda el régimen abierto y acudir a prisión solo a dormir. La UGT, además, anunció que pediría el indulto para la exconsejera de Trabajo.