Primer contacto personal entre el Gobierno marroquí y Sánchez

En su encuentro, «ambos constatamos la necesidad de avanzar en esa relación estratégica entre España y Marruecos», aseguró Sánchez. El país vecino es «un socio estratégico» para España y «queremos profundizar las relaciones», añadió.

Este no fue el único contacto del presidente español en la cumbre africana. Además de mantener una reunión bilateral con los presidentes de Túnez, Sánchez reconoció que también tuvo una conversación con el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. El líder saharaui también participó en la cumbre europea en representación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

La acogida del líder polisario por razones humanitarias el pasado abril fue, precisamente, la que provocó la crisis diplomática con Marruecos. Además, el 'caso Ghali' sigue su recorrido en los tribunales por supuestas irregularidad en la entrada a España del dirigente saharaui. El proceso mantiene como investigada a la exministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y amenaza con poner en aprietos al Ejecutivo de Sánchez.

El viaje del líder saharaui a España para ser tratado del covid provocó el enfado de Rabat, que no reconoce como nación al Sahara Occidental. Como respuesta, facilitó la entrada masiva la entrada masiva de inmigrantes en Ceuta, provocando una crisis en la frontera, y retiró a su embajadora de Madrid.

Tras el cese de González Laya y con la llegada al Ministerio de Asuntos Exteriores de José Manuel Albares, el Ejecutivo español ha impulsado la resolución de la crisis diplomática. A pesar de que Albares insiste en que la relación con Marruecos «es fluida», el país vecino está lejos de dar muestras de acercamiento con España.

Esta misma semana el jefe de la diplomacia señaló que «construir una relación sólida (...) requiere un tiempo y una tranquilidad que no son los tiempos mediáticos y de Twitter». «Lo importante es el resultado final y que sea un resultado sólido y que evite futuras crisis», defendió.