Sayas y Adanero: de boicotear la reforma laboral a las puertas del PP

Ahora Sayas y García Adanero, suspendidos de forma temporal de UPN, negocian los últimos detalles de su incorporación al PP. Ambos se reúnen este martes en la sede que los populares tienen en Navarra con el presidente regional del partido, Javier García, y la secretaria general, Amalia Salanueva. La voluntad de entendimiento, adelantan los populares, «es amplia». Su unión se produce sin que nadie haya despejado las dudas sobre el papel desempeñado por la antigua dirección del PP, bajo la batuta de Pablo Casado, en la rebelión de los diputados de UPN.

El propio Casado confiaba en que la votación que iba a ser tumbada por los diputados navarros supusiera la dimisión de Yolanda Díaz, o al menos abriese una crisis de gobierno que la enfrentase con Sánchez. La versión defendida por los parlamentarios díscolos, sin embargo, es que el PP nunca participó en el cambio de sentido de su voto, que achacan a la guerra interna que tenían declarada a Javier Esparza, presidente de UPN.

El propio Sayas se enfrentó en 2020 a Esparza en las primarias de la formación regionalista. Ganó Esparza, aunque la victoria no resultó aplastante (58 por ciento de los votos) y permitió que el bando perdedor mantuviera las espadas en alto. «Las cosas tienen que cambiar», retó Sayas, que consideró insuficientes las concesiones acordadas con el PSOE a cambio de los dos votos de UPN a la reforma laboral: el respaldo al presupuesto del Ayuntamiento de Pamplona y la retirada de la reprobación presentada al alcalde, Enrique Maya, a quien iba a censurar por haber relacionado inmigración y delincuencia en unas polémicas declaraciones. Pero García Adanero y Sayas apuntaban en otra dirección, ya con el ojo puesto en el argumentario del PP, y alegaron que por principios no podían salvar a un partido, el PSOE, capaz de pactar con Bildu.

Desde entonces, los diputados díscolos de UPN han ido de la mano del PP, situación que ha tensado la cuerda entre ambos partidos hasta romperla. Los populares trabajan en abrir un espacio electoral propio en Navarra, objetivo que nunca han conseguido, y tratan de aglutinar el voto de centro derecha para evitar un desastre electoral en los comicios municipales y forales que se celebrarán en mayo.

El previsible fichaje de los diputados navarros ha alimentado el cruce de acusaciones entre los populares y UPN, relación que ha pasado de ser carne de coalición a través de Navarra Suma a estar plagada de deslealtades. La ruptura debilita a ambos partidos pero deja en un escenario especialmente precario al proyecto de Alberto Núñez Feijóo en Navarra, donde el PP no se presenta en solitario a las autonómicas desde 2015. Aún queda por saber si la actual situación de los diputados suspendidos de militancia de manera temporal por UPN los permitirá presentarse a las elecciones en la lista de Javier García, cabeza de cartel del PP y a quien tampoco convencería la idea de incorporar a dos tránsfugas a la candidatura que lidera.